Thorkyrie (One shots)

Don't stop the music

Valquiria

La noche había llegado acompañada de millones de estrellas, todas y cada una de ellas observaban desde tan lejos a las personas que iban a mi alrededor. Cada uno de nosotros caminaba por la calle con destinos probablemente muy diferentes. Lo intuía con la vestimenta y expresión en su rostro. El señor calvo que venía hacia mí debía venir del trabajo, su mirada agotada y el cansancio en su rostro lo delataban, además de la camisa azul cielo con su desaliñada corbata. Sin embargo, las dos chicas que iban a unos metros por delante de mí usaban pantalones ajustados de mezclilla con alguno que otro corte, una de ellas llevaba puesta una chaqueta negra a excepción de la otra que sólo usaba un top rojo. Antes había podido ver sus rostros y se les veía emocionadas, sonrientes. Tal vez se dirigían a una fiesta.

¿Y cuál era la imagen que transmitía yo?

Caminaba con cuidado y más velocidad que la mayoría de personas con las que me cruzaba. Tal vez mis ganas de distraerme provocaban que fuera deprisa, o simplemente todos tenían complejo de tortugas.

Mi vestimenta de esta noche era muy distinta a lo que normalmente usaba pero tenía que cambiar aquello al menos por esta ocasión. Tenía puesto un vestido corto que quedaba muy por encima de las rodillas, la brillante tela dorada se ceñía bien a mi cuerpo y me daba muchísima más confianza cada vez que me atrevía a usarlo. Uno de los tirantes era más grueso que el otro y construía una curiosa y holgada abertura que era el escote. Como zapatos había optado por utilizar unos plateados con un tacón no muy alto.

Y qué decir del cabello. Sinceramente no quise esforzarme en algo que perdería su encanto después de unas horas, así que dejé mi corto cabello ondulado suelto. Pero sí decidí en maquillarme un poquito, quería ser alguien más esta noche. Quería sentir que tenía otra vida aunque fuera solo por unas horas.

Sentí la brisa fresca tocar mi piel y me causó un escalofrío. Hacía más frío que hace unos días y era la única por la calle que iba sin algo que la abrigara. Crucé los brazos para frotarlos en un intento de ganar calor, pero me animé cuando localicé el anuncio del club a solo una cuadra de distancia.

Desde hacía rato sentía algunas miradas sobre mí, algunas que realmente no me causaban nada y otras que me daban asco. No tardé en recordar porqué no acostumbraba a vestirme así tan seguido, siempre había hombres tan desagradables en todas partes.

En cuanto llegué al club y entré escuché la música fuerte y me aventuré a sumergirme entre el mar de personas que bailaban como si no hubiera un mañana. En el techo había luces de colores (azules en su mayoría) que iluminaban todo el club y que permitían que la oscuridad también reinara de vez en cuando. Era un buen ambiente, se sentía íntimo y único. Hacía muchísimo más calor que en la calle pero no era sofocante, incluso me atrevería a decir que era agradable considerando que éramos muchísimas personas las presentes.

Decidí primero tomar algo para comenzar la noche de distracción, pero apenas había emprendido el camino del bar cuando el ritmo de la música cambió por completo y me dejó la piel erizada.

Don't stop the music de Rihanna comenzó a escucharse a través de los gigantes altavoces que estaban por todas partes. Sonreí cuando escuché a unas chicas cerca de mí exclamar y mirarse con emoción cuando identificaron la canción.

Abandoné la idea de la bebida y directamente me fui a una de las pistas de baile. El suelo de esta consistía en cuadros de aproximadamente 1 metro cuadrado de color azul muy claro que iluminaban muy bien el lugar. Me ubiqué en el centro porque no quería quedar en los extremos donde era muy probable que no pudieras bailar como se te plazca por el espacio.

"Please don't stop the music."

Cerré los ojos y ladeé la cabeza al ritmo de la música para dejarme llevar. Extendí levemente los brazos a los costados y comencé a moverme. Primero sin saber realmente qué hacer, pero conforme me concentraba en la música dejé de pensar.