Celos

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Thor

—¿Me sirves otra? —le pedí al cantinero acercándole el vaso de vidrio por la barra. El hombre de mediana edad asintió y se giró para buscar la botella en la multitud de bebidas que tenía a su espalda.

Sirvió el líquido que tenía un color entre naranja y café y lo deslizó hacia mí. No dudé en volver a tomar un trago y voltear la cabeza para observar a mi alrededor. La fiesta se encontraba en pleno apogeo, con la música fuerte y un montón de personas totalmente ajenas a mí bailando. No era mi ambiente, con esto no quiero decir que no me gustan las fiestas, me encantan, pero en la Tierra eran distintas a lo que yo consideraba una. Me gustan porque todo es diferente, la música, las bebidas, el vestuario, entre otras cosas. A lo lejos visualicé a Steve bailando animadamente con Natasha y sonreí al notar lo felices que estaban. Últimamente sospechaba un poco de ellos, pues actuaban muy raro cuando cualquiera del resto entraba a la habitación en la que se encontraban, se dedicaban miradas muy largas y pasaban mucho tiempo juntos. Me parecía excelente que se gustasen, ambos merecían a alguien extraordinario.

Con el impulso de mis piernas hice girar el asiento del banco para quedar de frente a la multitud de gente que se divertía. Suspiré antes de seguir bebiendo de mi vaso cuando alguien a mi lado me llamó la atención. Poseé mis ojos en su rostro y descubrí a Banner saludándome.

—Hola —se acercó con algo de timidez.

—¿Qué tal te va? —pregunté cuando tomó asiento a mi derecha.

Vestía unos pantalones negros no tan ceñidos y una camisa azul cielo de botones. Estaba vestido para la ocasión, ni tan formal pero tampoco casual. Acercó una de sus manos a su mandíbula y se rascó con varios dedos mirando a un punto en específico en la pista de baile. Se le notaba tenso, un tanto incómodo.

—Bien, me la estoy pasando increíble.

Le faltaba mucho entusiasmo a su voz para que sus palabras fueran creíbles. Fruncí el ceño al seguir su mirada buscando qué podría molestarlo. Y supe que habría problemas cuando volví a dar con la parejita que hace unos segundos estaba observando.

—¿Te encuentras bien?

—¿Qué? ¡Claro que sí! —exclamó hablando mucho más agudo, se giró para toser y aclararse la garganta y cuando se volvió se sonrojó ante mi mirada —estoy de maravilla.

—Si tú lo dices... —bebí lo último que quedaba de mi bebida y estiré la mano hacia atrás para depositar el vaso.

Nos quedamos callados durante varios segundos, atentos a las acciones de las personas que vivían la noche al máximo.

—Es solo que... no pensé que tendría que verla tan pronto con alguien más, y menos con Steve.

—¿De qué hablas?, ¡sí pasaron dos años desde que ustedes salieron! —inquirí perplejo.

—Dos años los cuales no estuve consciente, ¿recuerdas? —respondió —para mí fue despertar en otro planeta, vivir un caos, regresar y ver a Nat con alguien más.

No supe qué decir, ahora entendía su punto. Y aunque me sentía mal por él, no podía dejar de alegrarme por el cap. Quería que los tres fueran felices, y para eso tendrían que hablar las cosas.

—Lo siento, debe ser difícil darte cuenta de que todo ha cambiado —puse mi mano en su hombro intentando confortarlo.

Bajó su mirada, con una tristeza tan obvia en sus ojos que me llegó al corazón. Suspiró asintiendo levemente.

—Steve ya vivió esto. Se despertó y se encontró con una era distinta, con Peggy ya envejecida.

—Pero no es del todo igual.

Thorkyrie (One shots) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora