No te dejaré solo

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Valquiria

El sol comenzaba a descender detrás de las montañas revelando unos bellos colores naranja y rosa en el cielo, ésto acompañado de las nubes desordenadas creaba un escenario encantador e hipnotizante. Mis ojos estaban maravillados con aquel precioso paisaje que simplemente me quedé observándolo durante largos minutos. Estaba sentada en el suelo recargada en unos barriles con agua mientras el resto de asgardianos caminaban de un lado a otro, algunos cargaban cajas o arrastraban objetos. Otros simplemente paseaban mientras charlaban placenteramente.

Sonreí al observar a mi alrededor el pequeño pueblo que poco a poco iba construyéndose. Lo construimos desde cero, nosotros pusimos la primera piedra tras recibir el permiso por parte de los líderes de este territorio. Los midgardianos habían sido bastante amables al hacernos espacio en su planeta. Nos situaron en un lugar llamado Noruega, tenía entendido que este mundo tenía bastantes líderes y "naciones", y Noruega era una de ellas.

Aún recuerdo cuando nos preguntaron estos hombres vestidos con trajes negros el nombre de nuestro pueblo. Yo estaba a punto de decir Asgard, pero Thor se me adelantó nombrándole como "Nuevo Asgard". Creí que bromeaba pero después nos llegaron varios comunicados refiriéndose a nosotros tal y como Thor sugirió.

Lentamente una ciudad estaba creciendo en lo que era un lugar vacío. Sabíamos todos que esto era muy distinto a lo que nos criamos y era muy extraño saber que no existirían castillos dorados o el Bifröst, y que ya no tendríamos el mismo poder que antes. Pero a decir verdad, una parte de mí estaba aliviada con eso. Quería verlo como una oportunidad para avanzar y crecer para no cometer los mismos errores que antes, ser diferentes a lo que alguna vez fuimos. Aunque no todos pensaban como yo, el primero en derrumbarse fue Thor, pues se separó de nosotros y comenzó a hundirse en la bebida. Sabía que yo no era la persona más adecuada para dar sermones sobre el alcohol, pero estaba cambiando mis hábitos.

Me rompía el corazón verlo en la taberna por las noches mirando su cerveza fijamente, perdido en pensamientos y recuerdos. Me preocupaba mucho ver como estaba siendo más descuidado con su apariencia, su barba había crecido mucho y su rostro estaba demacrado y ojeroso. Él estaba muy deprimido, pero era muy difícil acercársele, lo había intentado un par de veces pero huyó en cuanto traté de hablar sobre él. Quería estar ahí para él, así como él lo estuvo conmigo.

- Disculpa... - la voz de un hombre llamó mi atención.

Levanté la cabeza y me encontré con un hombre mayor mirándome con desesperación.

- ¿Qué sucede? - pregunté.

- El rey está en la taberna... otra vez.

Suspiré, tenía que ir por él. No era violento, pero era bastante terco para irse. Lograba incomodar a las personas cuando se ponía borracho.

- Yo me encargo - dije mientras me levantaba y caminaba a paso rápido hacia la taberna.

Mientras pasaba por algunas calles iba pensando en qué le diría y en cómo podría convencerlo de que me dejase ayudarle. No quería dejarlo solo después de toda la mierda que había vivido. Necesitaba desahogarse con alguien, e iba a ser yo esa persona porque no iba permitir que siguiese aislándose de los demás.

La campanilla de la puerta hizo ruido en cuanto entré al lugar y entonces lo vi. Vestía un pans gris y una sudadera azul, éstas estaban un poco sucias. Unos segundos después giró su rostro hacia mi posición y sentí como algo dentro de mí se rompía al encontrarme con esa mirada que transmitía puro dolor. Se volvió y siguió bebiendo de su tarro de cerveza.

Caminé lentamente hasta sentarme a su lado y mirar enfrente a la gran selección de bebidas que había. Entrelacé mis manos y esperé un par de segundos antes de hablar, pero él sorprendentemente tomó la palabra.

Thorkyrie (One shots) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora