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—Ashley, Ashley —la voz de un policía que no conocía para nada sonaba de fondo, inmediatamente le miré y el me vio confundido.

—¿Ashley?

—Sí, eres tú. ¿No?

Dudé un segundo antes de responderle y asentí, estaba confundida, no podía recordar nada.

Ya llevaba un mes así, estaba internada en una institución mental, la principal de todo Hamblet, pero era también algo así como un instituto.

Me pasaba todos los días tomando pastillas, recibiendo inyecciones, en consultas con psiquiatras, hablando con policías. Ya estaba cansada.

La interrogación terminó y yo me dirigí hacia mí habitación.

Tenía una cama personal, un pequeño escritorio y algunos libros en un estante. Según los médicos era para estudiar, era lo que menos hacía, mi cabeza andaba en otro lugar todo el tiempo. 

Me metí en la cama y me tapé de pies a cabeza, estaba tiritando de frío y eso me sorprendía porque era pleno verano.

Ashley...sentí como si alguien llamase a esa tal Ashley, dejé de cubrirme para ver a mí al rededor y no había nada.

No te duermas, Ashley....

El susurro se sintió otra vez y una corriente de aire entró por la ventana haciendo que me asustara, ni siquiera sabía si era real o no.

—¿Q-quién está ahí?

Mi voz sonaba temblorosa, tenía miedo. No sabía que estaba pasando.

¿No me recuerdas pequeña...? Soy yo...tu mejor amigo...

Sujeté mi cabeza entre mis manos y cerré los ojos, ¿por que escuchaba voces ahora?

—Todo esto es un sueño....es solo un sueño...—intenté convencerme a mí misma de que lo era, pero al parecer estaba enloqueciendo.

Todo fue real....debes creerme.

—No, no...despierta. ¡Despierta!

Desperté agitada del sueño en que me encontraba, podía sentir el sudor correr por mi frente, tenía ganas de gritar pero simplemente no podía.

—Hey hey...—sentí unos brazos abrazarme y mi instinto dijo que me alejara pero el me abrazó más fuerte.

—P-por favor...no me hagas daño...—mi voz sonó débil y llena de miedo.

—No, shhhh —acarició mi cabello y yo comencé a relajarme en sus brazos.

No tenía idea de quién era, ni siquiera sabía si era capaz de recordarle, pero le agradecí internamente.

Mi respiración comenzó a calmarse y mi cabeza dejó de doler un poco.

Me fui separando de los brazos que me brindaban fortaleza y cuando alcé la mirada le vi a los ojos, era un chico muy bonito.

Quizás de mi edad, o dos años mayor, su cara se veía preocupada y sus ojos verdes se veían muy claros, apartó un poco su cabello y tocó mi mejilla, y yo por instinto me aparté rápidamente.

—¿T-tu quién eres? ¿Qué haces aquí?

Me levanté rápidamente del suelo y me puse a la defensiva, al parecer caí en el cuando me levanté bruscamente.

—Me llamo Eros —entendió su mano y dudé un segundo antes de corresponderle el saludo.

—Yo soy...¿Ashley? —la verdad no estaba segura ni de mi propio nombre.

Amnesia © [Oscuros #2✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora