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—¡No! ¡No fue él! ¡Déjenlo ir!

Mi voz sonaba por todo el pasillo intentando detener a los oficiales de policía quiénes se llevaban a Jaden esposado.

—Tranquila, tranquila. —los brazos de Eros me rodearon por detrás intentando calmarme.

—Sé que el no lo hizo...

No sabía cómo había terminado en la oficina de mi médico, con las manos cubiertas de sangre y Jaden frente a mí con un cuchillo.

El cadáver estaba suspendido en el techo por una soga amarrada en el cuello, los intestinos caían al piso ya que la herida de su estómago era lo suficientemente grande.

Su garganta estaba desgarrada y ya no tenía ojos.

Sabía que Jaden no lo había hecho, el no sería capaz.

—Eros, debo ayudarlo...—abracé al chico tras de mí intentando encontrar confort.

—Shhh, yo me encargaré de hacer algo. Mientras espera que termine toda la investigación.

Asentí y el besó mi frente para luego caminar hacia donde estaba el sheriff, yo me quedé de pie frente al escritorio, ya él cadáver había sido retirado y solo se encontraba la sangre.

—No quiero ser cruel —escuché la voz de Eva a mi lado. —Pero se lo merecía, el tipo era un hijo de puta.

Podía notar el tono de odio en su voz y la miré algo confundida.

—¿Por qué lo dices?

—No eres la primera chica de la que intenta abusar —vió mis muñecas y yo las cubrí avergonzadas. —Ya lo ha intentando muchas veces.

—Entiendo...

—Vamos, tienes que ducharte, la policía te hará algunas preguntas y no puedes estar cubierta de sangre.

Salimos de la escena de el crimen y nos dirigíamos a los baños principales, casi nadie iba a estos ni eran muy usados, nadie sabía porque.

Mientras caminábamos, las luces rojas de el pasillo comenzaron a parpadear repetidamente.

—¿Qué pasa? —la enfermera frente a mí se había detenido.

—No lo sé, creo que son fallos. Sigamos.

Volvimos a retomar nuestro camino pero las fallas se hacían cada vez más constantes, me sobresalté por el sonido de un golpe sobre una puerta.

—¿Qué fue eso?

Pregunté algo asustada pero Eva no dijo una sola palabra y siguió caminando.

No tengas miedo, todo estará bien...

El camino hacia el baño parecía infinito hasta que llegamos y la puerta estaba cerrada con llave.

—Me dejé las llaves. Ahora vuelvo.

Antes que pudiera protestar o decir algo más se fue y me dejó allí sola.

Con las luces encendiendo y apagándose una y otra vez.

Ashley..—sentí una voz tras de mí y me giré golpeando mi espalda contra la pared.

—Mierda.

Maldecí bajito, comenzaba a hacer frío, las ventanas eran movidas por el viento, el sonido del aire y las hojas de los árboles no ayudaba para nada.

—Tranquila, Ashley, solo es el aire..—intentaba calmarme a mí misma para no salir corriendo de allí.

Puse mi mano en el pomo de la puerta para intentar abrí y se abrió completamente.

¿Qué?

No entendía nada, si Eva había ido a buscar las llaves.

Amnesia © [Oscuros #2✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora