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—¡Basta! —el gritó resonó en toda la habitación seguido de un quejido de mi parte.

La parte baja de mi abdomen dolía y mi cabeza también, había decidido encerrarme en mi habitación, sin dormir y quedarme allí.

Mientras Eros, Jasper y Ashton buscaban a Theo, Jaden era el único que estaba conmigo.

Había pasado una semana sin noticias de él, yo estaba teniendo las mismas pesadillas y escuchaba las mismas voces, todos los días, una y otra vez.

Llevaba siete día sin dormir bien, si había dormido seis horas en la semana era demasiado.

Me encontraba en una esquina de mi habitación con la cabeza entre mis piernas intentando no enloquecer más de lo que estaba.

Tus amigos saben de mí...

Intentaba no escuchar, pero era imposible porque era como si estuviese en mi cabeza pero al mismo tiempo no.

—¡Van a encontrarte!

¿Crees eso..?

¡Sí!

Me levanté tambaleándome y apoyé mis manos sobre la cama en un intento de mantenerme de pie.

Me enderecé lo más que pude y comencé a caminar hacia la puerta. No sabía lo que hacía, no tenía el control de mi cuerpo yo misma, era como si alguien más me estuviese controlando.

Mi mano se posó en el pomo de la puerta, tenía la intención de abrir pero lo dudé unos segundos.

—¡Ayudaaaaaa! —el gritó la otro lado de la puerta me hizo abrir con rapidez y salir.

—¿H-hola? —los pasillos estaban totalmente oscuros, no podía ver absolutamente nada.

El silencio era totalmente ensordecedor y prácticamente macabro, no debía tener miedo, no podía.

—Creo que me encontraste. —sentí una voz en mi espalda y me giré rápidamente pero no había absolutamente nadie.

—¿Q-quién eres? —comencé a caminar por los pasillos apoyada en la pared porque no podía ver nada.

—Ya sabes quién soy, todos saben quién soy.

—¿T-theo? —pregunté aún más asustada.

Caí al suelo de rodillas y cerré los ojos, mi cabeza dolía pero esta vez más fuerte.

Recuerdos y memorias habían comenzado a llegar de inmediato y no entendía nada, todo era muy confuso.

—Sí, yo mismo. —admitió como si nada y luego sentí una mirada clavarse en mi espalda.

Tenía miedo, de que el pudiera hacer algo, bueno, seguro lo haría.

Me levanté como pude y me eché a correr por el pasillo oscuro, me detuve a mitad del camino porque no tenía idea de a dónde iba.

De repente las luces rojas se encendieron y comenzaron a parpadear.

—No puedes huir de mí...—su voz sonaba más cerca.

—No eres real..—la verdad intentaba convencerme de que no lo era.

—Ay, vamos por favor. Soy tu mejor amigo, soy más real que cualquier cosa.

Su tono de cinismo y burla me sorprendía cada vez más y me hacía odiarlo.

Comencé a caminar pero estaba vez más rápido, giré a la derecha pero en el fondo vi su sombra —Mierda —giré esta vez a la izquierda y corrí como pude.

Amnesia © [Oscuros #2✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora