Capítulo 4

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  Después del desayuno decidí salir a conocer un poco el pueblo, las calles estaban un poco solitarias, nada comparado a donde solía vivir, después de caminar varias calles a la distancia vi una cafetería, me dirigí hacia la misma, llegue y entré, estaba vacía, solo yo estaba allí más una chica limpiando una mesa, me senté junto a una mesa justo al lado de la ventana de cristal para poder ver hacia fuera, entonces llegó la chica que hace rato estaba limpiando una mesa, ella tenía una pequeña libreta en sus manos y una cola alta que recogía todo su rubio cabello, ojos claros y muy bonita

—Bienvenida ¿deseas algo tomar? Dijo la rubia sosteniendo el lápiz en su mano derecha

—Hola, sí solo dame un café por favor— dije sonriéndole

—Enseguida— respondiéndome con una sonrisa igual

Mientras esperaba el café observaba todos a través de la ventana, veía algunos autos pasar por la avenida y algunas personas caminar, entonces vi como un auto negro se estacionó al frente de la cafetería, dos chicos se bajaron, parecían molestos, mi vista viajo a la mano de uno de los chicos, tenía una navaja ¿qué hacía con una navaja? Se dirigían hacia la entrada de la cafetería, sus pasos apresurados por entrar me hicieron creer que venían por alguien que trabaja aquí ¿pero quién y que debo hacer ahora? No puedo quedarme aquí, mi vista paso de los chicos quien estaban a punto de entrar a la chica rubia quien venía con el café sobre una bandeja, ella no pareció escuchar a los chicos que acababan de entrar cuando sonó la pequeña campana que estaba junto a la puerta de la entrada

Le hice señas para que volteara a verlos, sea lo que sea que venían hacer estos chicos no era nada bueno, la rubia no me entendía así que me levante rápido hacia ella para que saliéramos, pero antes de que pudiera llegar a ella una de los chicos la jalo por el cabello sorprendiéndola y haciendo que el café que traía en la bandeja se cayera al suelo, un quejido de dolor salió de ella, vi como el otro chico apretó la navaja que tenía en su mano como preparándose para clavársela a la chica... miedo de nuevo recorriendo mi cuerpo, odiaba sentirlo, me hacía perder el control, no sabía que hacer pero no podía dejar que le hicieran daño, entonces vi que sobre la mesa que estaba a mi lado había un cuchillo pequeño para comer envuelto en una servilleta, sin pensarlo dos veces lo agarre y me dirigí hacia ellos rápidamente, me detuve justo al frente de quien tenía la navaja, sin saber que iba hacer, apreté el cuchillo con fuerza y mi mano iba directo a su pecho, estaba a punto de clavárselo cuando sentí una mano agarrar mi brazo con fuerza haciendo que me detuviera, me sorprendí cuando vi quien me detuvo

—Tranquila... estoy bien, dámelo— dijo la rubia con su voz suave y tranquila ¿qué carajos? Arrugué mis cejas y la rubia notó mi confusión y habló nuevamente

—Todo esto es un juego, son mis amigos, realmente no iban a lastimarme— trataba de entender pero no podía

—¿Esto es un juego para ustedes? Él tiene una navaja e iba a clavártela, lo vi— dije señalando al chico quien tenía la navaja

—No iba a clavársela, esta es nuestra manera más interesante de divertirnos un poco— dijo el chico de la navaja

—Pues su manera de divertirse es muy peligrosa ¿qué tal si yo te hubiera clavado el cuchillo por creer que esto era real?— al decir eso, el chico se rio abiertamente

—¿De verdad creías que podías clavarme ese cuchillo?— aún con su sonrisa sarcástica en su rostro lo cual me hizo pasar de estar confundida a estar enojada

—No pienso decir nada más, hagan lo que quieran, pero piensen en las consecuencias de sus actos, alguien podría salir herido por sus estúpidos y peligrosos juegos—

—La única que podría salir lastimada eres tú— este chico realmente era antipático y acababa con mi paciencia

No dije nada más no perdería mi tiempo en esto, me di la vuelta y volví a sentarme en la mesa en la cual estaba antes

—Aún estoy esperando mi café— dije seriamente mirando a la chica rubia, ella miró a los chicos y les dijo algo en voz tan baja que no logré escuchar, los chicos me miraron y el que me hizo enojar fue adentro hacer no se que, al rato apareció de nuevo y esta vez con un café en sus manos, se acercó a mí sentándose en la silla que estaba al frente de mi mesa

—Tu café ya está pago— puso el café sobre la mesa me dio una sonrisa fingida y con eso se fue junto al otro chico, salieron de la cafetería y se subieron al auto con el que llegaron, se fueron desapareciendo completamente de mi vista, mi mirada viajo a la rubia quien solo se encogió de hombros

—Definitivamente todos en este pueblo son raros...yo solo venía por un café— dije susurrando para mi misma

Después de un largo día y del espectáculo de la cafetería llegó la noche, así que me fui acostar en mi cama, estuve un rato pensando en si contarles a mis padres lo sucedido este día, entonces volví a recordar ese momento ¿de verdad iba a clavarle el cuchillo a ese chico? ¿Si esa chica no me hubiera detenido que habría pasado y que sería de mi vida ahora? Nunca he sido una persona violenta, estaba loca... decidí no pensar más así que me levante de la cama para dirigirme hacia la ventana, quería observar la luna, entonces vi a alguien saliendo de la casa de al frente, pero no podía ver quien era, tenía un suéter con la capucha sobre su cabeza justo como... ¿y si es él? ¿Si esa persona era el mismo hombre que había entrado a mi casa anoche? Entonces había posibilidades de que fuera el señor Jason, Jack o el chico extraño quien me observaba atentamente esta mañana

Entonces vi como se dirigía al bosque que estaba detrás de su casa, con las manos dentro de sus bolsillos del suéter, no podía quedarme con la duda así que agarre mi abrigo y baje rápido pero con cuidado de que mis padres no se dieran cuenta, salí de la casa y mientras cruzaba la calle pienso que realmente estoy loca para hacer esto ¿y si resulta ser el mismo hombre? ¿Y si me hace daño? Me paré en seco para preguntarme a mi misma si de verdad seguiría a un hombre que no conocía en plena noche hacia el bosque, sacudí mi cabeza y seguí caminando, tal vez era mi sexto sentido hablándome y no le hacía caso, no quería hacerlo pero sentía la necesidad de seguirlo

Fui por el mismo camino que desde mi ventana lo vi entrar hacia el bosque, apresuré mis pasos para no estar tan lejos de él, después de unos 2 minutos caminando lo volví a ver, el estaba caminando a una distancia de unos cuantos metros de mí, necesitaba mantener la distancia si no quería ser descubierta, solo podia ver la parte detrás de él, él cruzó unos árboles y entonces lo perdí de vista... no lo veía por ningún lado, crucé los mismos árboles que él había cruzado pero era como si se hubiera esfumado, entonces comencé a desesperarme porque estaba sola en medio del bosque sin saber cómo regresar a casa, debí haberle hecho caso a mi sexto sentido, no debí venir aquí

No sabía cuánto tiempo había estado así buscándolo, o buscando la manera de volver a casa, cuando salí de casa eran las 12:30am supongo que ahora eran la 1:00am más o menos, todo estaba tan oscuro, solo la luz de la luna alumbraba un poco el solitario bosque, se escuchaban los sonidos de algunos animales que estaban cerca, eran los únicos quienes rompían el silencio hasta que eso cambió cuando la voz de un hombre hizo presencia... su voz provenía desde atrás de mí y sus palabras hicieron paralizarme

—¿Estás perdida Addy?—

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora