Día 2.

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Por la mañana temprano salí de mi casa y camine a la parada de buses escolares como siempre lo hacia, habian veces que caminaba para poder despejar mi mente cuando estaba estresada pero hoy simplemente no me apetecía. Era el segundo día de la apuesta para acercarme a Ethan. El bus se acercaba y un jeep de color blanco se detuvo frente a mí, los vidrios estaban polarizados lo que hacia confuso el ver quien se encontraba dentro, pero el vidrio del copiloto comenzó a bajar y pude ver a Alice dentro.

— ¿Sigues viajando en autobús? — pregunta ella casi riendo.

— Pues, no tengo auto y menos licencia.— dije y ella hizo un gesto para que suba.— Gracias.— le dije y sonreí tímidamente.

— No pasa nada.— dice y subo al vehículo.

— Esta lindo.— dije refiriéndome al Jeep.

— Si.— dice y el vehículo comienza a andar.— Es de mi padre, me lo presto por unos días mientras no esta en la ciudad.

— ¿Tienes licencia?— pregunté.

— Claro que no tonta.— ríe.

Mire por la ventana y podía ver que hacia el mismo recorrido del autobús escolar, Alice no era tan cercana, le decíamos amiga pero prácticamente no estaba con nosotras mucho tiempo.

— ¿Como vas con tu plan malvado? — pregunta.

— Pues... Hoy es el día dos y aún no establezco una conversación seria con él.

— Ah.— dice y se detiene en el semáforo que da luz roja en ese momento.

— ¿Cuándo es tu cita? — pregunté curiosa.

— Hoy. — dice y la luz roja cambia a verde.— En la noche.— avanza el auto.

— Genial.— dije y volví a mirar el camino.

(...)

Caminaba por los pasillos buscando a Ethan, hoy tenía una razón para hablarle, había pasado la noche y la mañana entera pensando en que le diría y dándome también las ganas de poder hacerlo y no ponerme nerviosa.

Llegue a las escaleras y comencé a bajarlas mirando cada alumno del instituto por si alguno de ellos era Ethan, hasta que logré divisarlo a lo lejos cerca de los casilleros caminando en linea recta con un bolso de entrenamiento en sus brazos y saludando a varios de los alumnos.

Camine rápido para lograr alcanzarlo pero no correría perdiendo mi dignidad tras de alguien a quien ni siquiera sabia como era correctamente mi nombre. Al llegar junto a él, tome si brazo y giró para mirarme otra vez con la misma sonrisa coqueta que se le formaba en el rostro cuando veía alguna chica. Se detuvo en medio del pasillo como si nada importara siendo que todos los que pasaban les molestaba nuestra presencia en medio del pasillo.

— Hey.— dijo.— ¿Carrie? ¿Carry? ¿Cara? ¿Camille? ¿Camila? ¿Cassa? Dios estoy seguro que tu nombre es Camille.— sonríe.

— Es Cassie.— dije cansada.

— Ah si, ya lo sabía.— sonríe para convencerme.

— Si claro.— miré sus brazos para luego poner mi mano sobre este intentando coquetear.— Me preguntaba si mañana estarías ocupado...

100 Días Para Enamorarlo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora