Dos caras.

Parte 4: culpable.

Llegamos a casa no quería saber nada de nadie, mi novio dejó la pizza en la cocina y subió a mi habitación, fui y calenté un poco y encendí el televisor... Mala idea. Al parecer los policías sacaron el cuerpo del lago y lo estaban inspeccionando, cambie de canal, no quería ver eso, mi conciencia no estaba tranquila. Llamaron al teléfono.
•Buenas tardes, hablamos de la comandancia, ¿se encuentra Lilyth Prior o Eleazar Cameron?
•Ella habla.
•Ok, señorita su presencia y la de su pareja es necesaria ahora en el departamento de policía.
•Puedo saber ¿para que?
•Eso lo sabrá cuando llegue, hasta pronto.
Mierda nos abran descubierto? Demonios, ¡la nota! Tal vez y ya me delataron, pero y si no?
-¿Quién era amor?- dijo mi novio.
-La policía, nos quieren con ellos ahora.- dije mirando al piso.- no me quisieron decir para que, pero ya te imaginaras.-dije mientras me servia un caballito de tequila.
-Mierda.
-Tenemos que ir.-dije segura, después de tomar ese delicioso licor.
Eleazar no muy convencido subió al auto y yo igual, nos dirigimos a la comandancia, cuando llegamos enseguida nos pasaron a una sala de interrogación. Al ver como nos separaban entre en pánico. Lo sabían...
-Señorita Prior ¿no?- asentí.-¿sabe por qué está usted aquí?- negué con la cabeza.-Es muda?
-No-dije desviando la mirada.
-Usted esta aquí por el cuerpo que fue encontrado en el lago, encontramos huellas digitales de su novio en la cara del hombre, y notamos un fuerte golpe en su cabeza.
No dije nada.
-El señor tenía rasgos de haber sido golpeado y de golpear a alguien antes de ser asesinado.-continuó - y al parecer el joven Cameron tiene algunos moretones en la cara.
-Tuvo un conflicto con una pandilla.-fue lo primero que se me ocurrió.
-Se que miente.- dijo viéndome fríamente.-lo llevaremos al juzgado, a usted por complicidad y a su novio por omisidio, si no pueden pagar un abogado el estado les conseguirá uno.
-Consíganos uno.-afirme.
Estuve una hora ahí encerrada, tenía ganas de beber y olvidarme de todo esto, por mi culpa... Ahora ni siquiera puedo hablar con Eleazar.
Un hombre entró al cuarto. Era alto, rubio, musculoso, atractivo, ojos verdes, era una perfección de hombre.
-Buenas tardes señorita, mi nombre es Joseph Jonhson, seré su abogado. Me encargue de que la dejaran salir. No hay pruebas en su contra.
-¿Y mi novio?- fue lo primero que pregunte.
-Lamentablemente, por la huellas, lo dejarán encerrado, su abogado esta trabajando en ello.
-¿Me puedo ir ahora?-dije con un nudo en la garganta, al parecer el lo notó.
-Tranquila, haremos todo lo posible para que no los declaren culpables. Otra cosa, los policías tienen su auto y no piensan devolverlo.- mierda- si me permite llevarla.
-Pues ya qué...
Antes de salir le pregunté si podía hablar con mi novio, el dijo que no pues aún seguía en interrogatorio.
El tipo tenía un mustang rojo precioso, se veía que le iba bien. Como todo un caballero me abrió la puerta y yo entre.
Durante el camino íbamos callados, solo la radio sonaba. Yo iba distraída pensando en como llegue a todo esto.
-Aquí a la derecha.- le dije.- llegamos.
Bajamos del auto, pensé que sólo sería yo, pero no, el entro a mi casa.
-Bonita casa.-dijo.
-Gracias, tome asiento.- ¿un poco de vino?- ofrecí.
-¿Por qué no?
-¿Tinto o blanco?
-Blanco, gracias.-
Lleve la copa hasta el y se la entregue, vaya que era atractivo.
-¿Quiere contarme que paso?
-Supongo, ya que es mi abogado.
Empecé a contarle la historia, de como el tipo había abusado de mi, y como llegó aquella noche y como termino.
-Listo, diremos que fue en defensa propia.
-Pero... Y lo del lago?
Me empezó a decir que diríamos en la corte, este tipo era un genio, también me dijo que representaría a Eleazar, todo sonaba perfecto.
-¿Quedo claro?
-Si- dije tranquila.
Joseph se levantó para dejar la copa, yo lo imite, nos dirigíamos a la cocina, pero por una maldita silla tropecé y caí sobre mi abogado, iba a levantarme, mientras lo intentaba, nuestras miradas se cruzaron y nuestras respiraciones se unieron...