Estaba en el hospital junto a la camilla de Luke, quien tenía varios cables conéctados a su cuerpo, moratones en su cara y en sus extremidades y mucha sangre.
-Dios, por favor, no dejes que se muera. He hecho todo lo que me has pedido. ¿Cómo es que me haces esto?
-Tal vez así él lo quiso.
-¿Gabriel?- me di la vuelta y ahí estaba él con su cabello rizo y ojos azules, con esa pose seductora que sólo el sabe hacer. -¿Qué haces aquí?
-A mi también me da gusto verte-Dijo el rodando los ojos. Me limité a sonreír, bueno, a intentar sonreír.
-¿Crees que se pondrá bien?
-No.
-Gracias por tu apoyo moral.
-Escucha, no soy de esas personas que te dirán que todo va a estar bien cuando en realidad sabemos que todo va a salir mal, pero de eso se trata. La vida nos pone situaciones cómo estas todo el tiempo y no es la manera de como evitamos el fracaso y la pena , es la manera de cómo afrontamos el fracaso y la pena. Te lo dice alguién que ya vivió.
-Mira, Aristóteles, yo también estoy muerta por si no lo recuerdas.
-No arruines mi momento filosófico.
-Yo diría maternal.
-No es maternal. Si fuera maternal te hubiese dicho: "Si hija, pero usa un suéter que hace frío"- Dijo el con una voz de anciana alborotado mi cabello.
-Gracias, de verdad significa mucho que...
-No te pongas marica, ahorra el discurso y dame un abrazo.
Y así lo hice.
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Crónicas de un ángel en la tierra
Ficção AdolescenteCada persona tiene un ángel que lo acompaña todo los días, aquel que te ayuda en situaciones difíciles, solo que no lo podemos ver. Salvo que algunos si pueden.