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El chileno se encontraba caminando nerviosamente hacia las bancas de la cancha de la escuela.

Hoy iba a ser el día en el que se le confesaria a su mejor amigo.

Después de tantas ideas y apoyos de parte de Japón (al está ser su mejor amiga). Por fin se había armado de valor para decirle lo tanto que lo amaba, el como apreciaba su presencia y al mismo tiempo existencia, que cada vez que él está distraído él se dedica a apreciar las lunas de sus ojos y admirar las pequeñas estrellas que se recuestan en su cuerpo y que bailan de alegría cuando el mexicano las alza para sonreír.

Lo vio a lo lejos, tan solo y perdido en su galaxia como siempre.

No importaba cuantas veces el chileno le insistía en que se la pasará junto a él y sus demás amigos en el descanso, el chico siempre negaba y se iba a un lugar solo.

Por lo cual no fue sorpresa que el tricolor se encontrará sentado en completa soledad escuchando música. Realmente al principio el chileno se preocupaba por el tricolor con escudo, sin embargo con el tiempo entendió que él era así.

Y así fue como lo quiso.

Sin duda el mexicano era lo contrario al chileno. Chile era un chico muy alegre y simpático, siempre tenía un tema de conversación a la mano.

Sus ojos lucero eran sin duda hermosos, muchos decían incluso que parecieran que brillaban en la noche. Su pelo era algo ondulado y usaba lentes a causa de sus insomnios provocados por leer a altas horas de la noche.

Padecía de miopía y astigmatismo.

Su estatura era promedio, era por centímetros más bajo que el mexicano.

El pobre tricolor sentía que las piernas le temblaban al estar cada vez más cerca del mexicano.

Demonios, eso sí que era nuevo, nunca se había puesto tan nervioso ante su presencia.

Era obvio que incluso su cuerpo ya sabía lo que venía.

Pocos metros a llegar junto al distraído peliblanco y Chile había dado la vuelta al arrepentirse.

Sin embargo a lo lejos vio como la japonesa lo veía confundida, a su lado se encontraba el peruano observando la escena divertido.

El recuerdo de él prometiendo dejar salir sus sentimientos llegó a su cabeza.

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El chileno se encontraba nervioso escuchando los comentarios de sus amigos.

- Yo creo que deberías decirle -. Comento el peruano directamente después de haber escuchado la confesión de su amigo ante su enamoramiento con el mexicano.

- ¡Opino lo mismo! Hay mucha posibilidad de que le gustes Chile, ¡Eres con el único con el que Mex habla amistosamente! -. Lo que dijo la japonesa era cierto, México no se había desenvuelto con nadie así como lo hizo con Chile.

Y eso sin duda hizo sonreír al chileno.

- ¿Y si me rechaza? -. Pregunto con miedo el tricolor, ¡no quería perder a su mejor amigo!.

- ¡No seas negativo Chile! -. Se quejó la japonesa. - Mira, en caso de que te rechace, yo le diré que yo te rete a que le dijeras eso, ¿Si? -.

Y después de un gran silencio Chile tomo su decisión.

- Está bien, lo haré -. Afirmo el chico con una sonrisa mientras veía como sus amigos asentian alegremente.

Luna // MexileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora