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Mirada al astro, y mano en el pecho.

Esa era la situación del tricolor.

Sus lunas buscaban en qué lugar del cielo reposarse, y sus estrellas se volvieron fugaces entre el sonrojo que invadía su rostro.

Su corazón latía muy fuerte.

¿Quién había escrito tales versos?

Nunca vio algún meteorito rodear su órbita.

O algún planeta observar su luz.

Mucho menos algún astronauta usurpar su ser.

Y las estrellas a su alrededor casi no notaban su luz.

No lo entendía.

¿Era una broma? Podía ser, sin embargo una corazonada le decía que no era así.

Por un momento paso por su mente que la carta la había escrito la Argentina, sin embargo la idea se fue cual cometa al analizar lo que decía.

"pues ese es el sol al que envidio al ser digno de hacerte brillar y soltar miles de suspiros".

Algo le decía que esa persona hacia referencia a la chica.

¿Sería muy obvio su amor por el sol?

- ¡Méxi! -. Grito en su oído el chileno a su espalda.

Una corriente electrica recorrió su cuerpo al escucharlo.

Rápidamente volteó a verlo, podiendo apreciar a la estrella.

Se veía más llena de vida ese día, parecía que estaba a nada de volverse fugaz y recorrer todo el sitio sin mirar atrás.

Sus mejillas se tiñeron de un ligero rojizo.

No pudo evitar sonreír ante la vista.

Mientras tanto, la estrella brillaba al pensar que la luna había leído los versos de ayer.

Tal vez cualquier otro astro sentiría miedo y pánico, y si, también lo siente él, pero aún así las ganas de lo desconocido le ganaban.

- Hola Chile -. Lo saludo con indiferencia, aunque por dentro su astro saltaba de alegría por la presencia del otro.

Se sentía completo.

- ¿Cómo estás? -. Pregunto el de ojos lucero.

- Bien, gracias y tú? -.

- ¡Que bueno! Bien también -. México iba a decir más, sin embargo una idea que paralizó su corazón hizo que su aliento se fuera junto el polvo de estrella.

¿Y si Chile escribió aquello?

Su ser detonaba estrellas.

Y él sabía su enamoramiento por el sol.

¿Será que el universo le estuviera jugando una mala jugada?

Deseaba que no, pues él ya no sentía lo mismo por el chico.

- ¿Mex estás bien? -. Pregunto rápidamente la estrella mientras acurrucaba el rostro de la luna en sus manos. - Te noto algo pálido -.

Si, era cierto.

El ya no sentía lo mismo.

¿Pero cómo le explicaba eso a los miles de latidos de su corazón?

Pareciera que cada uno de ellos pronunciará el nombre del de lentes.

Sus ojos lucero lo miraban atentamente, y cada destellos de ellos gritaban un "estoy aquí, frente a ti, y no pienso voltear a otro lado que no seas tú ".

Luna // MexileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora