🌙12🌙

297 37 43
                                    

Los rayos del sol reposaban sobre las largas pestañas de la luna, la cual pestañaba con la elegancia de un aleteo de mariposa.

Buscaba con la mirada la casa de su abuela, y cuando porfin dio con ella, volteó tintineante a ver a la estrella.

- ¡Llegamos Chile! -. El de lentes asintió mientras se acercaba a al tricolor.

Le causaba ternura ver como los ojos de la luna brillaban al haber llegado al lugar que esperaba.

Con lentitud los chicos se acercaron a la casa.

La estrella miraba a su al rededor.

El lugar era hermoso, había pasto y flores en todo el entorno.

Al parecer la abuela de México le dedicaba mucho tiempo a regar sus flores.

A lo lejos vio un perro dormir en la sombra de uno de los árboles de a su al rededor.

Tal vez sea de la señora. Pensó la estrella.

La casa era totalmente blanca. No era pequeña.
Pero estaba sola, no había casas a su alrededor. Si se lo proponía tal vez lograría rodear la casa en 1 minuto.

La luna tocó dos veces la puerta, y justo cuando iba por una tercera se escuchó un grito en la parte de atrás.

- ¡Estoy aquí Mexi! -. Los dos chicos fueron a la parte de atrás, para encontrar a una mujer de 60 años regando unas flores de la parte de atrás.

Chile miro sorprendido aquello. Habían hermosos florales en el lugar.

México al ver a la mujer, no dudo en ir a abrazarla.

La estrella miraba con ternura con la bella mujer abrazaba con consuelo a la luna.

Una luna acunando otra.

Sin duda un fenómeno tan espectacular cual eclipse.

La mujer le susurraba palabras hermosas a México, que aunque Chile no escuchaba, vio como algunas pequeñas lágrimas caían de las mejillas galácticas de la luna.

- No puedo juzgar a tu madre por lo que hizo, por el simple hecho de que gracias a ella estás hoy tú aquí conmigo. Sin embargo, sabes que está es tu casa hijo -. La luna menor asintió sonriente mientras se limpiaba las lágrimas.

- Bueno, y quién es la persona a la que trajiste? -. México rápidamente tomo a su abuela de la mano y la guió al frente de Chile.

Y en ese momento la estrella recordó algo.

La abuela de México no podía ver.

La luna se lo había comentado una vez en una noche más donde se desvelaron juntos.

- ¡Buenos días señora! -. La mujer río enternecida.

- Buenos días hijo, soy la abuela de México, Olmeca -.

- Un gusto conocerla, México siempre me habla de usted. Mi nombre es Chile, una disculpa por venir sin avisar -.

- ¡Ay no te preocupes hijo! A mí me pone muy feliz saber que mi Mexi trajo a alguien. Siéntete como en tu casa -. El de pecas agachó la mirada apenado.

Chile río enternecido.

- Muchas gracias señora -.

- Ay que lindo muchacho trajiste aquí -. Menciono la luna mayor sonriéndole a México.
- Bueno, han de tener hambre, vengan, les daré algo -. La mujer dio la vuelta y comenzó a caminar.

México aprovecho eso para acercarse a la estrella.

- Prepárate, nos va a servir como 5 comidas -. La estrella estalló en carcajadas ante el comentario.

Luna // MexileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora