Solo

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Capítulo 8.

La sensación de ser observado casi todo el tiempo no me abandonó a pesar del pasar de los días.

Después de esa vez, cuando Jungkook y yo regresamos a la casa, me llevó a la habitación donde estaba quedándome y me pidió que me quedara ahí, después simplemente se marchó tras haber verificado que las ventanas estaban bien cerradas y me quedé solo toda la noche.

A la mañana siguiente, los chicos estaban tensos y nadie hablaba mucho, se encargaron de meter al coche todas nuestras pertenencias muy temprano y nos marchamos de ahí. Intenté preguntarles qué había sucedido, pero sólo dijeron que era hora de volver.

No dejaba de pensar en eso, cuando intenté acercarme a Jungkook para hablar de lo que había pasado esa noche, solo me dijo que había sido una buena broma, pero que ya lo superara.

Eso me molestó. ¿Cómo se atrevía a decir aquello? Yo vi la preocupación reflejada en sus ojos, incluso pude sentirlo estar en alerta. ¿Por qué insistía en que no había sido real? ¿Por qué me hacía sentir un estúpido en cada oportunidad?

Me acerqué a la ventana y miré cómo el atardecer pintaba el cielo de colores que eran cálidos para mí. Solté un suspiro mientras trataba de acomodar la corbata en el cuello de mi camisa, que estuviese anocheciendo solo indicaba que estaba cerca la hora de inicio para la fiesta de cumpleaños de los mellizos, a la que hace unos meses yo estaría obligado a ir, pero tras haberme convertido en buen amigo de Taehyung había un motivo más importante por el cual asistir.

En la primera planta podía escuchar los tacones de mi madre resonar por todas partes, seguro estaba indecisa sobre qué ponerse o se le hacía tarde, una de dos, sonreí ante ese pensamiento y terminé de vestirme. Acercándome al espejo, me miré de pies a cabeza, mi cabello estaba ligeramente despeinado, pero no se veía mal, solo no quería sentirme demasiado formal sabiendo que después de terminar la cena en casa de los Jeon iríamos a la casa del lago de Minhyuk.

Me sobresalté un poco cuando escuché el timbre sonar de pronto, miré la hora en la pantalla en mi celular y me confundí un poco al ver que todavía faltaban veinte minutos para que Taehyung llegara por nosotros, mi mamá me gritó desde abajo para que recibiera a quien fuera y me apresuré para no hacerle esperar.

Imaginé que tal vez Taehyung había decidido llegar temprano, pero no esperaba que al abrir la puerta mi primo, a quien extrañaba y no veía desde antes del divorcio de mis padres, estaría ahí.

—¡Yoon! —exclamé con sorpresa y no dudamos dos veces en lanzarnos a los brazos del otro —. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no me dijiste que vendrías?

Yoongi se separó de mí y sonrió ampliamente, no soltándome del todo. Me hice a un lado para que entrara a la casa, pues hacía demasiado frío afuera y lo que menos quería era que pescara un resfriado.

—Hablé con tu mamá hace dos semanas para que fuera una sorpresa, ella se encargó de traerme hasta aquí —suspiré una sonrisa y asentí contento.

No podía creer que mi madre se hubiera tomado el tiempo para preparar esta sorpresa para mi, más tarde le agradecería por haber hecho lo posible por traer ante mi a una de las personas más importantes de mi tormentosa vida.

—Me alegra verte.

Esperé a que Yoongi colocara su equipaje en el suelo para poder seguirlo abrazando, habían pasado muchos meses desde la última vez que lo vi y mentiría si dijera que no lo extrañaba.

—¡Ya estás aquí! —escuché la voz alegre de mi madre acercarse y solté a mi primo para que pudieran reencontrarse.

—Hola, tía —los miré abrazarse con una sonrisa.

𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐄 ⎯ 𝐊𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora