𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐄 ⎯ 𝐊𝐌

Sólo tú

Capítulo 14

Jungkook era alguien que buscaba desesperadamente encontrar a una persona que fuera capaz de entenderlo y quererlo por quien era en realidad, sin juzgarlo y sin obligarlo a convertirse en lo que él no deseaba. Ahora podía ver eso.

Un renegado, esa palabra nunca había tenido un significado tan profundo para mí como en ese momento. Él no se dejaba manipular por nadie, él no estaba dispuesto a ser un títere más en lo que parecía ser una casa de muñecas construida a su alrededor, él tenía sus propias reglas, su propio camino. Al final de cuentas, eso mismo era lo que lo había orillado a ceder ante sus sentimientos y entregármelos a mí, por esa razón sabía exactamente qué era lo que le respondería.

—Si me quedo —vacilé un poco antes de continuar, armándome de valor y perdiendo el miedo a ser rechazado —, tú y yo... ¿Qué seremos?

Jungkook se aproximó a mi lado, dejando un espacio inexistente entre nuestros cuerpos, me tomó por la barbilla obligándome a mirarlo tan cerca de esa forma, haciéndome inevitable no observar sus labios al ser humectados por la lengua que pasó encima de ellos y pensar en lo mucho que me gustaban y que me moría por probar después de varios días sin hacerlo.

—¿Tú que quieres que seamos? —sabía que preguntaba aquello con algo de inseguridad, como si tuviera miedo de demostrar su verdadero interés y que este no fuese mutuo.

—Quiero que seas mi todo —yo mismo me sorprendí al responder aquello, no porque fueran palabras demasiado pesadas y serias, sino porque había salido directamente de mi corazón como un deseo que llevaba años queriendo cumplir —Y yo ser el tuyo.

Examinó todo mi rostro, tal vez en busca de algún gesto que delatara la mentira en mi confesión, pero al no encontrar nada, terminó por fijar la vista en mi mirada, donde con el don que posiblemente no poseía, me encargué de transmitirle la honestidad de mis palabras a través de los ojos, permitiéndole encontrarse con mi alma descaradamente de esa forma.

—Eso suena muy arriesgado —susurró apenas en un hilo de voz.

Solo podía darme cuenta de una cosa; Jungkook tenía más miedo que yo. Tenía miedo de que mis sentimientos no fueran reales y mis palabras solo un cuento que con el tiempo se las llevaría el viento. Algo que sorpresivamente no me asustaba, llegaba a sorprenderme, yo solía ser la persona que demostraba esa inseguridad y después de mi última relación creí que lo que menos quería era volver a caer en las relaciones amorosas, en entregarle mi corazón y alma a alguien de nuevo, pero asombrosamente era yo quien intentaba asegurarle a otra persona que estaba bien enamorarse y permitirme cuidar de sus sentimientos.

Tenía la ligera sospecha de que solo dejaba que esto pasara solo porque se trataba de Jungkook y la extraña manera de sentir que fuimos hechos para estar juntos y enamorarnos.

—Aceptaría cualquier riesgo si se tratara de ti —no titubeé al decir, no había un motivo para hacerlo, estaba hablando desde la verdad.

Jungkook suspiró por la nariz y sus ojos brillaron en ilusión, sus hombros se relajaron y mis mejillas fueron acariciadas por sus pulgares al haberme sujetado con ambas manos después de escuchar mi confesión.

—Entonces creo que mereces lo mismo que ofreces —murmuró mirando fijamente mis labios —Si ese es tu deseo, voy a cumplirlo.

No fui capaz de resistir un segundo más sobre la cuerda de tensión que se había formado entre los dos, por lo que un poco desesperado y ansioso, abrí mis labios para atrapar los suyos en un beso que fue correspondido de inmediato, con más hambre de la que yo pude haber demostrado. Puse ambas manos alrededor de su cuello y lo sujeté porque no quería que se separara pronto de mi, probarlo estaba convirtiéndose en una adicción de la que temía no poder salir jamás, era embriagante la manera en la que su boca saboreaba la mía con tanto gusto que hasta sentía que se adormecía por la fuerza con la que me besaba, pero eso solo lo hacía más satisfactorio para mi.