Secretos

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Capítulo 10.

Mis párpados pesaban, pero sabía que era demasiado tarde para seguir en cama gracias a la potente luz que entraba por las ventanas.

Me removí en la cama y supe que me encontraba solo cuando no sentí el cuerpo de Yoongi acostado al lado mío, mi habitación estaba en silencio como lo parecía estar toda la casa. Miré el reloj sobre la mesita de noche después de mirar al techo por varios minutos, repasando todo lo que había sucedido la noche anterior, y de ese modo me enteré que eran las once de la mañana.

Me habría levantado en otro momento, en otro donde no recordara que estuve a punto de morir en manos de alguien que no conocía, pero que se empeñaba en asustarme y agobiarme. La crecientes dudas de: "¿por qué?" "¿quién es?" "¿por qué a mí?", no me habían dejado dormir durante casi toda la noche.

Pensé en decirle a mi madre lo que estaba ocurriendo, lo que estuvo a punto de sucederme, pero no le encontraba el sentido. ¿Por qué no? Ni siquiera yo mismo sabía lo que estaba sucediendo, no podría darle una explicación.

Los minutos pasaron y yo no fui capaz de siquiera levantarme al baño, no podía dejar de pensar en el miedo y la angustia que toda la situación me hacía sentir. Giré sobre la cama y colgada de mi silla de escritorio a unos cuantos metros lejos de mi, vi la chaqueta de Jungkook.

Cerré los ojos, repasando su aroma y las palabras que me dijo horas atrás, su iniciativa por acercarse a mi y preocuparse por mi. De todas las personas en el mundo, el que menos me imaginé que salvaría mi vida, era él. Sin embargo, estaba cansado de jugar al gato y al ratón con Jungkook.

Cuando decía que sentía una atracción inexplicable hacia él que me estiraba hacia su existencia no mentía, el sentimiento de algo pesado en mi corazón tratando de ser arrancado constantemente de mi pecho cuando pensaba en él o lo tenía cerca era algo que jamás había sentido. Pensé en las posibilidades de haberme enamorado de él a primera vista, pero no me podía permitir tal cosa después de tratar de convencerme a mi mismo que aborrecía el amor al ser lastimado por los dos hombres más importantes que había tenido en mi vida.

Por otro lado, no podía seguir negando más que sí, a pesar de la mala comunicación que mantuve con Jungkook durante los primeros tres meses de conocerlo, no había otra cosa que me interesara más que estar cerca de él y descubrir quién era en realidad.

Así que declaré este día oficialmente como el día en el que iba a dejar de resistirme a Jeon Jungkook, por más que en un principio no fuera yo quien lo hacía.

Escuché el timbre sonar, pero no le presté atención a las posibilidades de quién podría ser, mejor me hice bolita bajo la manta y traté de relajarme para descansar un poco, pensando que por el momento estaba bien y en las palabras prometedoras de Jungkook en cuidarme para que no volviera a sucederme nada parecido a lo de esa terrorífica noche.

Un conjunto de voces distintas que trataban de hablar bajo me hizo fruncir el ceño, pero no me alarmé completamente hasta que los pasos en las escaleras que llevaban a mi habitación fueron fuertes y demasiados que supe que un grupo de personas se dirigían hacia mi.

Abrí los ojos y lo primero que vi fue a mi primo Yoongi, quien al notarme despierto me miró con algo de pena y preocupación.

—Despertaste —dijo aliviado cuando llegó a mi lado, pero no pude hacer otra cosa más que analizar al grupo de chicos que habían subido hasta mi cuarto y me veían con intriga —¿Cómo te sientes?

—Mejor —le respondí rápido al mismo tiempo que tomaba asiento sobre el colchón y trataba de peinar mis cabellos lo mejor posible.

—Jimin, ¿Cómo estás? —el primero en acercarse a mi fue Taehyung, con esos ojitos de cachorro arrepentido se sentó enfrente y posó una mano sobre mi pierna —Cuando entramos tu mamá nos preguntó si sabíamos que pasaba contigo porque no habías bajado en toda la mañana.

𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐄 ⎯ 𝐊𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora