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Habían pasado 1 semana desde que kochou y Rengoku dejarán su amistad de lado para volverse enemigos después de la charla que habían tenido estos donde se dijeron sus verdades, pero algo más pasaba sin que ellos sin que se dieran cuenta, Tomioka estuvo enferma durante esa semana, algo que kochou no tomo importancia ya que seguramente se trataba de una simple gripe.

—Señorita tomioka, como se encuentra hoy día—Pregunto por el estado de salud de ella

—Ya estoy mejor, Gracias por preguntar—

La sirvienta tras comprobar que Tomioka estuviera bien, se retiró de la habitación para atender otros asuntos que tenía, Después que se fuera Tomioka se preguntaba porque se había enfermado misteriosamente a pesar de que rara vez se enfermaba porque que una comida le cayera mal, asi que hizo caso al consejo que le dio kochou y espero a estar recuperada por completo.

En ese tiempo hubiera querido poder comunicarse con Rengoku para contarle lo que le pasaba pero, todos los celulares de la casa habían sido desconectados por kochou extrañamente, según él era para reemplazar los teléfonos que ya estaban viejos por el tiempo que llevaban pero esa respuesta no la convencía, sabía que algo tramaba después de todo kochou no da órdenes sin tener algo en mente.

En eso recordó que el único teléfono que había actualmente en la casa estaba en la oficina pero este cerraba con llave para que nadie entrara, y tenía claro que ni a ella lo dejaría entrar aunque fuera su esposa, así que tendría que quitarle cuando esté estuviera distraído.

Cuando el momento llegó le dijo a kochou que ella misma cerraría su oficina a lo que esté acepto sin pensarlo mucho ya que tenía otros asuntos que atender con cierta rubia, Tomioka sabía que tendría que ser rápida y silenciosa ya que nadie debía enterarse, ni los sirvientes o guardias.

Ring Ring

El fuerte ruido del teléfono hizo que el rubio dejará sus obligaciones aún lado para contestar y saber de quién se trataba para su sorpresa escucho la dulce voz de su amor imposible.

—Ho...Hola Rengoku?—Con nerviosismo pregunto por él

Su dulce voz era lo que más el quería escuchar pero por todo lo que estaba pasando pienso que nunca más las iba escuchar.

—Hola Tomioka, cuánto tiempo—Trato de no sonar tan sentimental ante ella

—Es verdad ha pasado tiempo y necesitaba hablar contigo—

—Oh si claro dime—

—Bueno ni siquiera se por donde empezar, ya que son tantas cosas que están sucediendo—

—Empieza por lo más importante—

—Es que todo es importante—

—Siempre tan pensativa con tus palabras, extrañaba eso de ti—Dijo con nostalgia el rubio

—Gracias yo también te extrañe a ti, desde que dejamos de hablar siento que todo se me ha complicado últimamente—

—¿Porque dices eso?—

—Primero porque sacaron todos los teléfonos de la casa haciéndome difícil hablar contigo, Después con unos malestares, y por último un poco siento que pasa muy malo porque Shinobu puso más seguridad para la mansión—

MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora