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"Incluso llorando te ves hermosa."

El corazón de la chica se encogía a cada día que las cartas llamaban su atención al estar sobre su mesa. Si bien las palabras de la persona que le dedicaba tales cartas eran preciosas – aunque un poco aterradoras a veces –, los pensamientos de la chica la asaltaban con palabras pidiéndole desesperadamente que huyera de ese lugar y no volviera jamás. 

« El Amor de los 30 Pétalos • Kazutora Hanemiya »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora