La puerta del destino.

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-¿Cuánto falta?-pregunte nuevamente.

-No mucho-dijo Solé ya arta.

Ella no comprendía, nadie lo hacía. No estaba acostumbrada a caminar. Flotaba, me deslizaba, incluso podía desplegar mis alas y volar si lo requería. Pero caminar? Nunca. No era una de mis costumbres. Y parecía que mis compañeros de viaje comenzaban a entenderlo. Gotas saladas perlaban mi frente mientras mis piernas comenzaban a flanquear caí al suelo por segunda vez.

-Por el amor de Dios-exclamo la chica-Tan solo hemos caminado dos cuadras.

-Lo sé-jadee-Pero no estoy acostumbrada a caminar largas distancias.

-Esto no es una larga distancia-dijo ella.

-¡Para mí sí!-exclame.

-Es pequeña pero tiene carácter-dijo Nicholas.

Antes de que pudiera regañarlo él se agacho dándome las espaldas con una rodilla en el suelo.

-¿Qué haces?-pregunte.

-Sube.

-¡NO!-dije molesta.

-Hazlo, que tan solo nos estas retrasando.

-No subiré encima de ti como si fueras una clase de medio de transporte-dije molesta poniéndome dificultosamente de pie para tan solo volver a caer de bruces antes de dar un paso.

Mire a mi costado. Nicholas no se había movido, aun esperando que me suba a sus espaldas.

-Vamos Cupido, apúrate-dijo Solé.

Con una mueca de niña pequeña me subí a su espalda. El me sujeto las piernas con firmeza y me levanto.

-Pesas menos de lo que pareces-dijo divertido.

-No hace falta que lo digas-dije algo avergonzada.

-Bueno. Ahora que ustedes dos tortolos arreglaron sus problemas necesito que tu-dijo señalándolo-Nicholas muevas tus pies.

-A sus órdenes señora.

Cargándome sin mayor esfuerzo avanzamos otro par de cuadras hasta que llegamos a un alto edificio. Lo observe sin mucho entusiasmo.

“-He visto más altos”-pensaba.

Hacia eso hasta que entramos a la recepción y un cartel decoraba el ascensor.

La leyenda decía “Fuera de servicio”

Esto no podía estar pasando.

-Es en el tercer piso-dijo ella con total naturalidad-Vamos, no es tanto.

En el tercer piso el pobre de Nicholas por fin se estaba cansando de cargar mi pequeño trasero por las escaleras.

-Llegamos-anuncio la chica.

-Al fin-dije aliviada.

-Tu ni hables-se quejó Nicholas-Que yo tuve que cárgate la mitad del camino y luego por las escaleras.

-Que caminara menos no significa que no pueda ser feliz por al fin haber llegado.

Antes de que Nicholas pudiera interrumpir la puerta fue abierta y entramos dentro.

Paredes crema y sofá azul. Una bonita combinación. Delicada decoración colgaba de las paredes. Una meza de comedor se ubicaba al costado de la sala. La cocina separada del salón por una línea imaginaria. Tres puertas tenían lugar frente.

-Pasen-dijo ella.

Tímidamente entre. Seguida de Nicholas.

-Siéntanse como en casa.

Fui y con cuidado me senté en el sofá.

-Este lugar es muy bonito-dije.

-Gracias-dijo ella.

Comenzó a cerrar la puerta cuando un grito la detuvo.

-¡Espera! No cierres.

Por la puerta apareció un apuesto chico moreno que ya había conocido.

-¿Volviste a olvidar tus llames José?

José. Mi último flechazo. Qué clase de jugarreta del destino me volvía a traer aquí.

Debi de acortar este episodio por falta de tiempo. Al principio habia dicho que subiria tan un capitulo los viernes y por obligaciones creo que volvere a ello. Tratare de agregar partes tambien entre semana pero no puedo prometer que hare nada diariamente.  

Si alguien quiere que se sienta libre de hacer preguntas en la caja de comentarios o comunicarse por mensajes privados. Gracias por seguir esta historia.

Yo cupido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora