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Después de semanas de las más puras y lindas sonrisas llenas de felicidad, la relación entre Hoyeon y Sunghoon empezó a florecer y a afianzarse mucho más

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Después de semanas de las más puras y lindas sonrisas llenas de felicidad, la relación entre Hoyeon y Sunghoon empezó a florecer y a afianzarse mucho más.

Sunghoon les consiguió el modelo más nuevo de teléfono por lo que ahora a todas horas mensajeaban entre los tres.

Hoyeon les avisaba que hacía, que comía, que veía y hasta que clase de perrito se encontraba en su camino de regreso a casa.

Si Jaeyun decía que tenía antojo de donas al día siguiente obtenía cajas llenas de donas obstruyendo el camino en su departamento o si Hoyeon mencionaba algún bocadillo a los minutos ya estaba lleno su cuarto de estos.
Así que decidieron estrictamente elegir algunos lugares por semana para salir a comer y así evitar ese tipo de situaciones.

Si Hoyeon obtenía buenas calificaciones era elogiado por sus "padres" e incluso le compraban un pequeño pastel para celebrar.
La primera vez que esto pasó Hoyeon estaba tan feliz que gritaba que era su cumpleaños.

También la relación entre Sunghoon y Jaeyun iba de maravilla.
Ambos conversaban bastante, lo que harían, cuando lo harían, como lo harían además, se amaban con locura y los unía también el amor a Hoyeon.

Solo que había un liguero problema en el paraíso, Sunghoon no quería separarse de Jaeyun en ningún momento, se mantenía pegado a él como garrapata.

Hoyeon reía cada vez que Jaeyun le pedía a Sunghoon que se fuera a su casa, "es muy peligroso conducir de noche" es lo que decía Sunghoon en un berrinche, consiguiendo que Jaeyun lo dejara dormir con ellos.

Aunque Sunghoon siempre terminaba en la cama de Hoyeon, Jaeyun lo corría de su habitación por querer hacer cosas explícitas con un pequeño en casa.

A pesar de no tener muchos momentos de intimidad, en verdad se querían.
Sunghoon creí con fidelidad que su vida ahora por fin tenía sentido, ya existía color en su nublado corazón.

Sus ojos viajaban descaradamente por todos los rincones del cuerpo de Sunghoon que estaba parado en la fila esperando por Jaeyun

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Sus ojos viajaban descaradamente por todos los rincones del cuerpo de Sunghoon que estaba parado en la fila esperando por Jaeyun.

—¿Que puedo hacer por usted?

𝘚𝘰𝘯𝘳𝘪𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora