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—¡Y este es mi juguete más preciado!—decía mientras meneaba un oso de peluche

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—¡Y este es mi juguete más preciado!—decía mientras meneaba un oso de peluche.

—¿De verdad? Parece más un trapo viejo.

Hablo Niki recibiendo un golpe en la cabeza de parte de Sunghoon.

—Es que tú no sabes la historia que tiene este trapo viejo, por eso hablas desde la ignorancia aunque comprendo tu punto de vista.

Jaeyun quedó con la boca abierta, ¿desde cundo su angelito hablaba con palabras tan complicadas?

Sunghoon lo miraba con orgullo mientras los demás presente en la habitación reían por la cara de impacto de Riki.

Jongseong, Heeseung, Jungwon, Beomgyu y Riki estaban en la habitación del pequeño observando cómo abría regalos que ellos mismo trajeron para el y escuchaban mientras contaba anécdotas emocionado.

—Entonces el oso desfigurado es tu tesoro pero AH-

Antes de poder terminar fue golpeado en la cabeza nuevamente por Sunoo que acaba de llegar.

—Deja al niño en paz. Lo siento me demore comprando un pequeño detalle para Hoyeon.

Dijo muestras le pasaba su regalo y se dirigía a darle un abrazo de oso a Jaeyun.

Después de ese bochornoso momento en el área de descanso de la oficina Sunoo se comporto como si nada hubiera pasado, como si su enamoramiento por Sunghoon no hubiera existido en primer lugar, después de conversar más calmadamente entre ellos y pedirse disculpas mientras lloraban, además de indagar más profundo en su compartimento Jungwon llegó a la conclusión que Sunoo tenía alguien más entre sus cartas, así que fue consolado rápidamente.

Hablando de Jungwon este ya estaba totalmente perdido por su "casi" novio Jongseong pero, aún no le decía nada, quería ver qué tan lejos puede llegar esté por el.

Heeseung y Beomgyu simplemente se concentraban en trabajar, uno un poco decepcionado por su vida amorosa y el otro un poco decepcionado por su vida laboral, quería trabajar menos y ganar más.

—¿Y como sigue?

Pregunta Beomgyu en voz baja observando de lejos como Riki y Hoyeon jugaban entretenidos en la camilla del hospital.

—Ya mucho mejor, será dado de alta en unos días, solamente observarán su avance.

Le dice Jaeyun siendo observado por todos los presentes de la sala.

—¿Y que va a pasar con el demonio?

Pregunta Jongseong preocupado.

—Ya estamos en trámites legales, la denunciamos, solo falta esperar por el juicio.

Todos asienten un poco preocupados.

—Muy bien, ya es hora de irse, Yeoni necesita descansar.

Habla Sunghoon dando una palmada para recibir la atención de los presentes.
No solo Hoyeon necesitaba descansar sino Jaeyun también, no a dormido ni comido bien desde que el accidente pasó, la preocupación alteró todo su organismo.

—Ay noooo papi.

—Ay Sunghoon.

Ambos pequeños jugando en la cama se quejaron. Al parecer se habían llevado muy bien, no querían despegarse aunque pelearan todo el tiempo.

Después de berrinches y regaños lograron separarse, se despidieron todos y Hoyeon que estaba muy emocionado por la visita los despidió con besitos a todos.

—Creí que nunca se dormiría

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—Creí que nunca se dormiría. Tenía más energía de lo que pensé.

Decía Jaeyun limpiándose la frente y sentándose pesadamente en la pequeña banca dentro del gran jardín del hospital.

—Comió demasiada azúcar, debimos de haber escondido los dulces cuando se los dieron.

Llega Sunghoon sentándose junto a él acariciando su cara, cual pequeño gatito Jaeyun se acurrucó en las manos de Sunghoon disfrutando de sus caricias.

Sunghoon encantado con la vista lo acercó para una sección de besos bastante relajante y dulce. Ambos lo necesitaban, el calor del otro los tranquilizaba de gran manera, más después de lo que pasaron.

—Yuni, se que esto es muy apresurado y de verdad desearía haberte pedido esto en otras circunstancias, en un momento adecuando y un lugar más romántico, yo se que tú te mereces lo mejor y juro que te recompensaré más adelante.

Decía Sunghoon aún abrazándolo y con la barbilla sobre la cabeza de Jaeyun mientras repartía pequeños piquitos a su frente. Jaeyun tenía sus brazos alrededor de la espalda de Sunghoon enterrando su cara en su pecho, sintiéndose más protegido que nunca.

Jaeyun ya sabía a lo qué se refería.

—¿Quieres casarte conmigo?

Aunque ya se lo esperaba de sus ojos salían miles de gotas de lágrimas, observando a Sunghoon que de pronto se separó de él y se hincó sobre una rodilla sacando el añillo que cargaba desde ya hace unas semanas.

—Si, si quiero.

Fue cargado en el aire justo a tiempo cuando se lanzó a abrazar a Sunghoon, quien los elevó a ambos, para besarse tiernamente.

Si ya deseaba no separase jamás de esos jugosos y carnosos labios que amaba con locura después de hoy jamás lo haría. Descubrió que aunque fuera la misma persona podía sentir diferentes tipos de emociones y sensaciones.

Ese beso salado significó un futuro lleno de felicidad no solo para ambos sino para quién más querían, Hoyeon.

Llenos de felicidad porque ahora podrían tener la custodia de Hoyeon juntos como una familia ante la ley.

El papeleo para adoptar a Hoyeon y la preparación para la boda sería un proceso tedioso, estresante y tal vez largo si Sunghoon no metía sus influencia, pero estaban seguros que lo disfrutarían al máximo.

Cuando se separaron de su burbuja de amor y paz llegó la realidad.

Necesitan casarse cuanto antes para evitar que Hoyeon esté solo en un orfanato, no querían que el pequeño sintiera soledad en ningún tipo de situación.

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𝘚𝘰𝘯𝘳𝘪𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora