—El cementerio con los años a cambiado o es talvez que yo he crecido y cada veo mas lleno este lugar de gente que como tu han partido a un lugar mejor—dijo en un susurro.
Kenchin a su lado siempre leal a pesar de los años veía como otro años mas Manjiro dedicaba todo el día para estar con su hermana fallecida y las horas se escapaban como arena entre tanto el hablaba y parecía perderse entre miradas profundas dirigida a la nada.
la Historia era simple como que ese día Mikey había salido de casa prometiendo volver mañana y el día siguiente lo había recibido en la morgue, a un costado del cuerpo de su hermana, la cual a pesar de muerta mantenía una sonrisa en su rostro, tan quieta y tan silenciosa que parecía dormir.
Mikey ese día había gritado toda la noche que se levantara y fueran a casa, que si era una broma por no quedarse haber películas con ella el no lo volvería hacer, gritaba que la próxima ves le tocaba ella asique debía levantarse e ir a casa.
Emma, la dulce Emma había muerto por la perdida de su pareja destinada a las 6:45 de la tarde, había convulsionado a la hora de sentir el lazo romperse y solo fueron cosas de minutos para que su lobo a pesar de querer permanecer vivo no pudo lograrlo y había muerto.
Llevaba una falda de cuadros y un suéter crema, tenia una trenza en su cabeza y un bonito delantal sobre su cuerpo, las palomitas habían quedado regadas sobre el suelo y la hermosa película de amor se había reproducido hasta el final, final que Emma jamás llego a ver.
Cuando el abuelo había llegado con Shinichiro de las compras de la semana, se habían encontrado con aquella trágica imagen, un golpe demasiado fuerte para el mayor y casi fulminante para el abuelo.
Todo después de eso se volvió monótono, hasta que tuvieron que llamarlo a el, Mikey una vez enterado había salido corriendo de la casa de su amigo hasta la casa y al encontrarla vacía había ido al lugar donde le habían señalado, había encontrado el cuerpo sin vida de su hermana y la presencia de un chico de cabello blanco en dicho lugar.
Demasiadas emociones juntas, el hecho de enterrarse que tenia otro hermano y el hecho de haber perdido a su adorada hermana habían hecho colapsar el cuerpo del menor para despertar al día siguiente con las esperanzas de todo era un sucia pesadilla.
La realidad era mas cruel de lo que pensaba, ya no estaba, pronto la casa se volvió silenciosa y las comidas perdieron el sabor, el dolor ataco la parte animal del chico enviando diferentes actitudes de mal gusto a salir a flote como pelearse con todo sus amigos, quedándose profundamente solo, eso hasta que la mano solidaria de su hermano mayor quien también luchaba por salir de dicho hueco oscuro lo alcanzó y las demás manos de la gente que lo quería tocaron su corazón.
Fue cosa de años de ayuda sin descansó cuando pudo volver a ser un hombre normal hasta donde la extensión de la palabra podía alargarse, aun así los veintidós de febrero siempre era la excepción.
Como hoy cuando un hermoso ramo de flores blancas en su mano reposaba en la pulcra lapida, parecía casi una broma que habían pasado doce años, en un parpadeo el tiempo había pasado y el había crecido como un hombre hecho y derecho, tenia su propia casa, el abuelo seguía vivo, Shini se había casado con su amigo Kazutora y el a pesar de ser alfas los dos se comía con el pesado de Kenchin y era maestro de mocosos que querían aventarle la madre a cualquier pelotudo que se quería pasar de listo.
Los años habían pasado y el seguía queriendo escuchar su voz una vez mas. El llanto proveniente de una lapida que se encontraba a unos metros interrumpió sus pensamientos, al parecer el veintidós de febrero no solo era un mal día para el.
—Se hace de Noche Hina-chan, prometo volver venir a verte pronto, también vendré a ver a Emma-chan, hoy hable con ella igual que contigo, las extraño mucho, denme fuerzas para seguir adelante.—escucho decir y la persona se gano toda la atención al mencionar el nombre de su hermana, quiso golpearlo por decirlo a la ligera pero nose movió porque el chico lloraba a mares delante de aquella lapida.
—Recuerdas esa hermosa moto que vimos en ese aparador hace mucho años, Emma dijo que jamás podríamos vernos lindos en ese monstro, Shinichiro-san por fín me devolvió el favor que te dije que me debía desde hace meses, pude comprarla Hina, aquella motocicleta, la misma en la iríamos haber el amanecer de año nuevo.—
El chico seguía mencionando nombres de mucha importancia en su vida, la curiosidad iba en aumento.
—Vendré a verte pronto, viajen siempre conmigo chicas.—háganlo siempre, así ya no me sentiré tan solo.—
Escucharlo era triste, vio como se puso de pie y por fín pudo observar que era un hombre, uno muy bonito si le permiten mencionarlo.
El chico paso cerca suyo y dejo caer una billetera, aunque lo llamo este parece no haberlo escuchado, lo vio irse en su propia moto y perderse de su vista. Pensando con el cerebro pensó ir a dejar dicha billetera en la estación de policías, la duda de saber quien había conocido a sus dos hermanos se instalo.
Viendo el contenido de esta misma esto solo incremento, había una fotografía donde su hermana salía sonriendo a la cámara, estaba viva en aquella foto y Manjiro quería saber de donde aquel omega la conoció, mas si menciono el nombre de la omega de su hermana, Hinata Tachibana.
La misma a la que odio cuando era inmaduro, a la que le pidió disculpas cuando entendió que no fue su culpa, a la le ofreció más disculpas cuando supo como murió, era el amor de su hermana y si fue así entonces eran familia, a ella la conocía, pero a ese omega no y ahora quería saberlo.
Salió del cementerio dejando el ramo de flores y prometiendo seguir siendo el hombre que ella hubiera querido.
—Adiós Hermanita.—
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────Querido Diario────
Fantasy✐✎✐✎✐✎Querido Diaro✐✎✐✎✐✎ Ayúdame a encontrar el calor para volver a sonreír, ayúdame a ser lo suficientemente fuerte como amarlos y poder ser feliz. Quiero ser felíz, quiero ser felíz Hina, asique ayúdame desde donde sea que estés. Ayúdame como sie...