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Sonreí enormemente al ver bajar del autobus a aquel pequeño peli azul, inmediatamente corrió a mí con los brazos extendidos.

-¡Lixie! -me abrazo haciéndome tambalearme por la fuerza sólo me dedique a sonreír envolviendolo en mis brazos. - Extrañaba mucho abrazarte -murmuró escondiendo su rostro en mi pecho.

-A penas ayer nos vimos -murmure acariciando su cabello.

-Es mucho tiempo para mí -apretó su abrazo, como si sintiera miedo y quisiera ocultarse de algo.

-Déjame ver tu cara -tomé su rostro con ambas manos percatandome qué los moretones de su cara estaban desapareciendo. -Muy bien, están bajando. Qué bonito eres.

Bajó la mirada con una sonrisa, sus mejillas se tornaron de carmesí.

-La pomada que me dio tú madre me ayudó a bajarlas muy rápido -asintió con la cabeza inocentemente haciéndolo ver cómo un pequeño niño.

Changbin no había aceptado ser su omega y eso lo entristecia.

-Si, sólo somos amigos -dolió tanto decirlo qué sentí tanta tristeza acumularse en mi interior, no sentía un sentimiento más que cariño y aprecio pero tenía qué estar cercas de él y evitar qué lo lastimen.

Pero chan no quitaba la mirada de mí cómo interrogandome pero sólo metí mis manos a mis bolsillo resoplando.

Mi único propósito era hacerlo sentirse amado.

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MinHo llegó corriendo a el edificio de los de 2do año. Chang se agachó recogiendo unas monedas qué se habían caído al sacar su teléfono.

Pero se tambaleó un poco sintiendo un empujón cayendo ahora está vez su teléfono, el sonido fue tan duro y penetrante qué palideceó.

-Lo siento -dijo MinHo al dejar de correr y caminar a él reconociendo ese chillante olor. -¿Estás bien? -buscó su mirada.

Sintió qué los nervios lo matarían al ver que partes eran manchas negras y no podía usar el touch.

-Mi papá me va matar -tocó su cabeza con desesperación.

MinHo mordió su labio nervioso, no sabiendo si quedarse a resolver su problema o ir a buscar a su pequeño novio qué tenía qué ir a una cita al doctor para saber cómo se encontraba su cachorro.

-Te lo pagaré, sólo dime cuánto te costó -rascó su cabeza apresurado.

Bin finalmente levantó la cara molesto, confiado de mandar a la mierda a la persona qué hubiera causado tal accidente pero al encontrarse con el alto y ancho pelinegro, palideceo aún más causando qué su cachorro huyera.

-E-esta bien, ya era viejo de todos modos -sonrió tomando rápidamente las monedas del suelo, sus cosas y trató de huir inclinándose varias veces.

Lo observó irse, observó su reloj y volvió a lo qué hizo desde un príncipio buscar a jeongi y llevarlo al médico para su chequeo del embarazo.

-¿Porqué tardaste mucho? Llegaremos tarde-preguntó jeongi tomando la mano de MinHo caminando juntos a la salida.

-Tuve un percance, accidentalmente empuje a bin y lo dejé sin celular. -fruncío la boca.

-¿Y no te ofreciste a arreglarlo? -se detuvo viéndolo.

-Si pero se negó. -suspiró, acarició la mejilla de jeongi que lo observaba directamente. -Eres muy hermoso ¿ya te lo dije?

El menor sonrió asintiendo, tomó las mejillas de el pelinegro sellando la lejanía con un beso.

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Las voces de la gente era muy alta, algúnos gritando por la victoria y otros por la derrota. Las competencias siempre eran las más llamativas ya qué era cuestión de técnica o tal vez suerte.

Changbin observaba todo gustoso y emocionado jalaba de la mano de felix qué se dedicaba a verlo sonreír, tenía tiempo qué no salían juntos.

-¡Quiero jugar ese videojuego! ¿Recuerdas cuándo lo jugábamos en tú casa? Siempre me ganabas, ahora veras qué yo te ganaré -lo abrazo cómo si de un niño mimado se tratase dando pequeños brinquitos.

Ambos jugaron tanto, rieron, se burlaron y se quejaron como antes jamás lo habían hecho.

Para Felix ver a bin sonreír verdaderamente y con un sonrojo debido a él calor de alegría lo hacía sentir muy bien.

Para bin estar junto a felix después de todo este tiempo distantes, era la razón de su felicidad.

En pocas palabras.

Salieron juntos de la sala de juegos contando anécdotas o riendo de cosas pasadas hace unas horas, los aromas se mezclaban pero ambos no importase lo lejos que estuvieran su aroma era lo único qué reconocerian.

Chang abrazaba el brazo de felix buscando protección comenzó a olfatearlo ya qué le encantaba el aroma de el rubio, siguió buscando el olor sin darse cuenta qué ya suspiraba en su cuello.

Felix trago saliva al tener su rostro tan cercas y bin abrió un poco su boca con las mejillas levemente sonrojadas. El rostro de su mayor es un arte, desde sus labios gruesos hasta las pecas en su rostro, inconscientemente acarició las pecas levemente sonriendo. Felix tomó su mano acariciandola con su rostro; amaba a changbin, desde su cabello azul un tanto descolorido casi al verde hasta sus pies un tanto chuecos, sonrió viendo sus ojos amaba sus ojos le recordaba a un zorro del desierto.

-lix.. -lo llamó después del largo silencio. -Tú siempre estarás conmigo, ¿verdad?

-Estaré contigo siempre. -susurró igualmente.

-¿Aún si soy un omega débil, feo y tonto? -deslizó sus manos por la cintura de el rubio.

-Esta bien, fue tierno -despeinó su cabello. -Cenemos juntos, tengo mucha hambre.

El menor asintió colgándose de su brazo otra vez, cualquiera qué los viera pensarían qué son una pareja pero, ellos tampoco sabían exactamente qué eran.

El celular de chang se prendió varias veces pero, al no servir sólo lo apago.

-¿Qué le paso a tú teléfono?

-Sé me cayó accidentalmente en la escuela -salió natural. No metería a MinHo en ésta situación, si lo decía se haría un enemigo.

Asintió varias veces el rubio dando un beso en la frente del pequeño siguiendo su camino estaba feliz y nada lo arruinaría.

A Puppy? •°LixbiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora