Tan solo llevaba viviendo en Miami un par de semanas, pero ya me sentía en casa. Había adecuado el ático que la discográfica había alquilado para mi, totalmente a mi gusto, puesto que pensaba establecerme en el durante unos años. Había ido a varios centros comerciales a comparar diversos adornos, electrodomésticos y algún conjunto de ropa mas adecuado para el fabuloso clima que reina en Miami y la realidad es que no había podido comprar en un lugar tan concurrido desde antes de entrar en la academia, por lo que agradecía enormemente el "anonimato" que esta ciudad llena de estrellas me brindaba.
Aquel día había quedado con David para ir al ginecólogo, era un día importante para ambos pues por fin confirmaríamos el sexo de nuestro hijo. Después de desayunar me vestí lo mas cómoda posible y me senté con mi diario en la terraza, cuyos muebles me encantaban, por lo cual era la única estancia cuyos muebles no había cambiado. Me daba muchísima paz ver que el espacio cada vez se parecía más a un hogar y menos a un piso piloto. Eso ultimo lo estaba consiguiendo gracias a las fotos que me había traído de mi anterior hogar, un par de fotos de mi familia cuando aún vivíamos en Argentina, otra en la que mi hermano del alma y yo hacíamos el cafre durante un viaje en familia ya adolescentes, otras tantas con mis amigas de Mallorca y luego un montón que ilustraban el gran cambio que había dado mi vida desde el 2001. Las fotos daban el poder deee ilustrar un vida y me apasionaba acumularlas Lo único que añoraba de menos del mi casa de Barcelona era tener cerca a mis amigos y estar con David relajadamente en el sofá . La primera ausencia estaba siendo suplida por las múltiples llamadas que recibía diariamente de mi circulo más cercano. Además, la segunda se dispersaba con que desde que descubrió mi embarazo David esta pendiente de mi, aunque era algo muy complicado emocionalmente hablando. Si gestionar la ruptura estaba siendo una tarea muy complicada emocionalmente hablando, hacerlo embarazada de esa persona y hablando a diario con ella hace que todo sea aún más complicado, pese a que solo hablamos del bebé y de temas triviales, nunca de nosotros.
Cuando nos dijeron que íbamos a ser padres de una niña. La alegría inmensa que sentimos en aquel momento fue brutal, el embarazo iba de maravilla y en pocos meses una pequeña llegaría a nuestras vidas para revolucionarlo todo en nuestras vidas .
Por mucho que traten de explicarte la intensidad del sentimiento que te atrapa cuando te conviertes en madre, jamas nadie logrará describir a la perfección la sensación con una exactitud extrema.Esther, era una niña pequeña, pesaba poco mas de dos kilos y media, su piel era blanca al igual que la de su padre y sus pocos días de vida ya demostraba ser un calco mio según mi madre, que se había emocionado como una niña cuando la tuvo en brazos. Nuestra familia, se había instalado en los pisos colindantes a mi ático, además durante los próximos meses David y yo habíamos acordado vivir juntos para no perdernos ni el mas mínimo detalle de los primeros meses de vida de nuestra hija, que se había convertido en nuestra gran ilusión.
Julio 2011
Apreté los labios, intentando calmar los nervios y aparque el coche justo detrás del vehículo que reconocí de David. No sabía porque había aceptado, después de la monumental bronca que tuvimos hace un par de meses, desde entonces solo nos comunicábamos vía abogado y hacíamos los cambios de quincena de nuestra hija a través de nuestros hermanos. Me dolía estar así con él, pero estaba demasiado enfadada como para buscar una solución medianamente madura tanto para nosotros como para nuestra hija que con casi seis años, era consciente de que la relación de sus padres no pasaba por su mejor momento.Mientras bajaba del coche y sacaba mi maleta, otro coche llego al improvisad parking de la casa. Cuando vi a Alex sonreí, pues sabia que si entraba con él, el inevitable encuentro con David quedaría diluido con las bromas constantes del catalán. En los últimos meses habíamos vuelto a coincidir, pues el también acababa de instalarse en Madrid debido a su participación en el musical de Mamma Mia. Salí de mi ensimismamiento cuando me abrazo como si lleváramos un siglo sin ni siquiera hablar, cuando habíamos cenado con amigos comunes hacia tan solo un par de noches.
- Laura cariño, no sabía que seguías con tu afición de estar escondida- dijo con gracia sabiendo que me encontraba demasiado nerviosa ante lo que se avecinaba para mi en las horas siguientes.
- Que cabrón eres, Alex, no se como sigo teniéndote tanto cariño
- Porque no puedes vivir sin mis bromas Laurita
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El gran secreto
FanfictionUna tuit, desvela uno de los secretos mejores guardados de la historia del corazón español. Chenoa y Bisbal tuvieron una hija. -------------------------------------------------------------------------------- Disclamer: esta historia nace desde el ca...