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Un par de semanas después, Luisita no había vuelto a hablar con Sara, a pesar de los intentos de la pelirroja para acercarse a ella: le enviaba mensajes de texto y le llamaba hasta que bloqueó su número, la buscó por todas las redes sociales hasta que consiguió que la bloqueara también ahí. En la escuela intentaba llamar su atención por los pasillos y en clase sentarse cerca de su lugar. Todos sus intentos fallaban, gracias al empeño que había puesto la rubia en ignorarla.

Llevaba casi tres semanas cumpliendo su cometido, pasando sus tardes con Amelia y a veces también con Natalia, en ese poco tiempo había dejado atrás el enojo y la tristeza, enfocándose únicamente en sus amigas de verdad, recuperando sus tardes de películas y conciertos con cierta morena, aprovechando para pasar el mayor tiempo posible con ella.

Casi tres semanas de éxito, hasta su clase de historia. Su profesor (el mismo dinosaurio que impartía la materia desde el primer año de Luisita) creía que era buena idea dejarle a sus alumnos exposiciones sobre distintas culturas antiguas, y aún mejor idea que fueran trabajos por parejas.

Luisita estaba planeando juntarse con Fede, su compañero de trabajos de todos los cursos, su único obstáculo: las maravillosas ideas del profesor.

-...las vamos a dejar a la suerte- el maestro tomó una bolsa de papel y la agitó frente a todo el grupo -Aquí están los nombres de la mitad del grupo. Yo los voy a llamar y van a elegir al azar a su compañero de trabajo. No se pueden cambiar las parejas, así que no quiero quejas, tienen que aprender a trabajar en equipo jóvenes- la clase entera comenzó a quejarse, pero tras una mirada del profesor todos guardaron silencio.

Los nombres de los alumnos pasaban y el nombre de Luisita no salía de la bolsa, tampoco la llamaba su profesor. Después de varios alumnos (y la decepción de la rubia cuando el nombre de Fede salió de la bolsa de papel), el profesor llamó a Sara, en ese momento, Luisita comenzó a pedir al universo, al destino, a sus ancestros y a todos los santos y dioses que pudo recordar en ese momento, lo que fuera para no tener que trabajar con la pelirroja.

El tiempo empezó a pasar más lento, el aire se hizo más pesado y Luisita sintió todo a su alrededor más denso mientras Sara llegaba al frente del aula, metía su mano en la bolsa de papel y mostraba el trozo de papel al profesor.

-Luisa Gómez- anunció el profesor mientras escribía su nombre en la lista.

La rubia se sentía como en una película, concretamente en "Los Juegos del Hambre", en la escena de la cosecha, como si hubieran anunciado su nombre para jugarse la vida en un campo abierto.

-Parece que vas a tener que hablar conmigo- le dijo Sara al final de la clase, antes de que saliera del aula.

-Porque no tengo opción- respondió sin mirarla

-¿Me desbloqueas de WhatsApp? Lo necesitamos-

-No me escribas si no es para hacer la tarea- seguía sin mirarla. Simplemente tomó su mochila y salió del salón.

Decidieron hacer el trabajo esa tarde, se reunieron en la biblioteca más cercana a la escuela, Luisita intentando hacer todo lo posible para terminar la tarea en tiempo récord y esperar frente al colegio a que Amelia terminara sus ensayos, quizás podrían dar un paseo antes de irse a casa.

El tiempo pasaba lento mientras se dedicaban a buscar los libros más adecuados para su tarea "¿Por qué no nos deja usar internet para esto? es el Siglo XXI, profesor dinosaurio" Se lamentaba mentalmente la rubia.

Después de horas en las que intercambiaron unas cuantas frases para no hacer demasiado ruido y molestar a la encargada del lugar, finalmente habían reunido todo lo necesario, solo tenían que hacer un buen material para presentar en clase.

-Ya solo queda armar la exposición, lo podemos hacer por separado para que sea más rápido- dijo Luisita en cuanto salieron de la biblioteca, sacando su celular para enviar un texto a Amelia.

-¿De verdad? ¿Sólo vamos a hacer una tarea? Tenemos tiempo, déjame invitarte a algún lado- respondió Sara, exasperada por el comportamiento de la otra chica, que no despegaba la vista de su teléfono.

"¿Hacemos algo?, estoy en la biblioteca"

"No sé cuánto voy a tardar, hacemos más tiempo con el estreno tan cerca.

Me voy, terminó mi descanso"

"Te espero fuera. Escribe cuando puedas"

Finalmente prestó atención a la pelirroja, que la miraba cómo esperando algo.

-¿Qué?- no planeaba hablar más de lo necesario con ella

-¿Quieres empezar a hacer la presentación? Tengo tiempo- era la única forma de obtener la atención de la rubia, además, Sara pensaba que con un poco más de tiempo podría convencerla de arreglar su relación, ahora inexistente para Luisita.

-Está bien- cedió -Cuanto antes terminemos mejor- No era lo que esperaba pero al menos podría aprovechar el tiempo hasta la salida de Amelia.

Al menos otra hora fue necesaria para terminar aquella tarea, el lado positivo: no tendría que volver a reunirse con Sara, lo negativo, aún no tenía respuesta de Amelia. Al ver que Luisita no tenía intención de levantarse de aquella mesa, la pelirroja volvió al ataque.

En la hora que les tomó a las otras chicas hacer una tarea, los ensayos de Amelia terminaron. El profesor de teatro que los dirigía aún quería revisar un número pero dejó ir a la morena porque no participaba en esa parte. Amelia no perdió el tiempo y recogió su mochila, saliendo lo más rápido que pudo del auditorio mientras guardaba el guión y su botella de agua.

Cuando estaba segura de haberse alejado lo suficiente para evitar que la hicieran regresar revisó sus mensajes. "Te espero fuera. Escribe cuando puedas" Era lo último que había recibido, así que supuso que Luisita seguía esperándola, decidió no responder e ir directamente a buscarla, solo haciendo una parada en los baños del colegio para asegurarse de que se veía bien, se acomodó los rizos y se retocó el brillo de labios antes de ir con la rubia.

Salió del auditorio y no vio a nadie. Llegó a la puerta principal del colegio y la encontró desierta. Dirigió sus pasos a la biblioteca.

Fuera de la biblioteca no había nadie, pero encontró a quien buscaba dentro. Las vio por la ventana, y vio lo que menos se esperaba: Luisita estaba de espaldas a la ventana, a su lado, Sara. ¿Lo peor? Se estaban besando.

Amelia se alejó rápidamente de la ventana, procurando no ser vista.

Al otro lado de la ventana, Luisita empujaba a Sara.

-¿Qué haces?- por suerte estaban en el área de trabajo de la biblioteca, porque había dejado de cuidar el volumen de su voz.

-Pensé que estaba bien. Que nosotras estamos bien- respondió Sara -Dijiste que-

-Que podemos estar en paz. No significa que voy a regresar contigo, solo que aún tenemos que convivir lo que queda de curso y estoy siendo educada- interrumpió Luisita.

Su teléfono vibró en sus pantalones. Lo sacó rápidamente y leyó el mensaje

"Nos vemos luego. Divierte con tu novia"

-Pero mejor no vuelvas a hablarme- le dijo a su ex novia antes de tomar sus cosas y salir de la biblioteca sin dejarla responder.

Intentó llamar a Amelia, quien no contestó a las llamadas. Tampoco leyó los mensajes. "¿Qué vio Amelia?, ¿Piensa que regresamos?, ¿Eso son celos?, ¿Significa que siente algo por mi?".

Todo el camino a casa estuvo preguntándose qué hacer. Tenía la sospecha de que Amelia sentía algo por ella y sabía que no la iba a dejar escapar, pero ¿cómo?, tenía que encontrar la forma de acercarse a ella y explicarle que había pasado, confesarle sus sentimientos.

No fue hasta que estuvo en su cama cuando tuvo la idea, era perfecta, tal vez un poco peliculera pero estaba segura de que iba a funcionar, solo necesitaba esperar un par de días y podría recuperar a Amelia.

You Belong With Me (Luimelia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora