Capítulo 3

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Ivan Klima dice: casi nada se parece tanto a la muerte como el amor realizado. Cada aparición de cualquiera de los dos es única pero definitiva, irrepetible, inapelable e impostergable. Cada aparición debe sostenerse por sí sola, y lo hace.

Libro: Amor líquido.

Zygmunt Bauman.

Mack

Los días después de la reunión —si es que se le puede llamar así— fueron un infierno. Intenté hablar con papá, pero fue en vano. Porque, Edith me dijo que había salido de viaje para encontrarse con mis hermanos para cerrar un negocio. Genial, ni tenía la delicadeza de avisarme y sobre todo cuando regresara tenía que volver a ver a mis hermanos y no tenía ni cinco de ganas.

Y por el lado de Adam fue aún peor, todavía tengo vívida la cara de repudio cuando me acerqué a su oficina para intentar hablar del tema.

Si vienes a hablar de esos perdedores. Ahórratelo, estoy de buen humor como para amagarme.

No son ningunos perdedores, y sabes que lo que están haciendo no es legal. Se pueden meter en serios problemas.

Tú te vas a meter en serios problemas si sigues con los delirios de salvadora. Esta decisión no te compete. Ahora largo.

No entiendo por qué cambió su trato hacia mí de un momento a otro. Él era mi primera opción para averiguar algo sobre mamá, pero ahora no me quiere ver si no es para algo de trabajo.

Todo esto me supera, tengo la cabeza hecha un desastre y más por intentar resolver el problema del gimnasio.

Susy y yo seguíamos sin descanso leyendo las cláusulas, viendo las posibles alternativas, pero todo nos llevaba al mismo punto. La empresa era la única que podía revertirlo.

—No puedo más—dijo Susy tirándose encima del montón de papeles que ocupaban todo mi escritorio en la nueva oficina que me habían asignado.

—Somos dos. Pero, no podemos parar, mañana se cumplen los tres días de plazo para que desalojen y les prometimos que lo íbamos a solucionar.

—Tienes razón, pero no sé que más podemos hacer, hemos leído todo y es notable lo ilegal que fue el proceso. No hay una opción que no implique demanda—y notaba la preocupación en su rostro, demandar era echarnos a nuestras familias de enemigos. Y por mi parte era lo que menos me convenía.

—Lo sé y es lo que más me frustra—dije mientras me tiraba al sofá totalmente derrotada—descansemos un rato y luego seguimos. Es más, aprovechemos para que me cuentes como terminaste metida en todo esto ¿Cómo los conociste?

—Es una historia muy larga Mack, mejor sigamos— su cara cambió a una expresión de duda e incomodidad

—Pero si eras tú la que primero se quejó porque estaba cansada—dije mientras me reía—si no me quieres contar, no pasa nada. Después me dices.

—No creas que te quiero ocultar algo, sabes que te cuento todo. Solo que no fue muy lindo—se empezó a acomodar al lado mío y yo me dispuse a escucharla—¿Te acuerdas de mi ex novio y el por qué terminamos?

—Ajam, el muy hijo de su mami te fue infiel.

—Bueno, no fue por eso. Intentó golpearme—y mis ojos se abrieron de par en par. No podía creer lo que estaba escuchando.

—Mierda Su, ¿por qué no me contaste?

—No quería preocuparte y además no pasó a mayores y justamente fue por Matt y Caleb. Pasó una de las tantas veces que íbamos al bar de ese barrio, y tú te preguntarás que hacía yo allá—dando un pesado suspiro—a él le gustaba y caí en ese circulo vicioso de hacer cosas solo por complacerlo a él.

El camino de los exiliadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora