El hecho de encontrarse a sí mismo, «el hechicero más fuerte», espiando a un trío de adolescentes es irrisorio, por no decir patético.
Desde que comenzó su día nunca imaginó que precisamente estaría escondido entre los árboles para observar desde la distancia lo que hacían sus tres pupilos. No pensó que "disfrutaría" de su tiempo libre de una forma tan absurda.
«Un par de horas atrás
Había decidido levantarse temprano para aprovechar su día y dedicarse a sí mismo. La primera tarea sería elaborar su desayuno, algo sencillo y ligero. La cocina no es su fuerte pero tampoco es un inútil. Pudo haber ordenado comida de algún restaurante pero sabe que la comida casera es mucho mejor. Los recuerdos de un joven alegre preparando sus comidas surcó su mente. Extraña tener a alguien como él preparando la comida para ambos. Su paladar recuerda muy bien su comida exquisita y lo agradable que era comer junto a él. Inmediatamente desecha esos pensamientos, no quiere tener sentimientos extraños tan temprano por la mañana. Sabe que puede invitarlo a su apartamento a pasar el rato, ver alguna película y al finalizar preparar la cena entre ambos pero concluye en que sería raro hacerle una invitación así. Además no es lo mismo como cuando el chico vivía en su sótano.
Gojō se pregunta cómo Yūji estará pasando su día libre. Hoy pudo haberlo invitado a salir pero prefirió mantenerse lejos de la tentación. Tampoco quiere eclipsarlo, ya pasan suficiente tiempo juntos entre clases y misiones.
Después de ingerir su primer alimento más importante, se dirige a su habitación para tomar un baño. Comienza a desvestirse y se adentra en el cajón de la ducha. Sentir el agua caliente cayendo encima de su cuerpo lo alivia, ha estado muy tenso últimamente y conoce muy bien el motivo. Al terminar de asearse camina en dirección a su gran clóset para escoger su ropa, hoy vestirá como civil. La ropa que elige es una playera gris oscuro con una chaqueta negra de cuero encima en combinación con unos jeans claros con detalles rotos en muslos y rodillas, a juego con unos tenis blancos. Sus indispensables gafas oscuras no pueden faltar en el conjunto.
Hoy sin duda saldrá a divertirse, después de tanto tiempo, ya que por culpa de un chiquillo de sonrisa radiante y cuerpo de infarto ha tenido su mente hecha un caos. No ha podido batear como normalmente lo hace, ni con él ni con nadie y ha empezado a entrar en pánico por verse afectado de tal manera por su estudiante. Su frustración por supuesto también ha ido en aumento. Necesita con extrema urgencia encontrar a alguien con quien divertirse.
Toma su celular y comienza a buscar entre sus contactos a ligues con quienes ha tenido una compatibilidad en el sexo mínima del 80%. El porcentaje no es malo pero tampoco ha sido memorable. El fin es hacerlo olvidar aunque sea un poco al objetivo de sus deseos. A veces duda que exista alguien con quien pueda tener una compatibilidad del 100% en el ámbito sexual. De forma instantánea una personita se cuela entre sus pensamientos y cree con total seguridad que con ese chico el sexo definitivamente sería glorioso, inolvidable, una experiencia 100/100.
Pensarlo solamente provoca que ansíe más tener entre sus sábanas al pecado andante. Se deleita imaginando cómo sería pasar sus manos en todo su bien definido cuerpo, besando y chupando hasta que no quede zona que no haya sido marcada por él. Rememora las veces que lo ha visto sin playera y cómo ha podido apreciar con mayor detalle la forma de sus músculos, sus venas marcadas. Repite en su cabeza cientos de veces cómo luce con sus medias de entrenamiento debajo de sus shorts e imagina lo excitante que sería desgarrarlas con sus dientes. Imagina que con su miembro viril pueda penetrarlo tanto y tan duro que cuando salga de su interior Yūji se sienta vacío. En su mundo ideal es Yūji quien ruega por él, por su pene, es Yūji quien suplica, llorando, ser follado innumerables veces hasta romperlo y él como el ser benevolente que es acepta acabar con su suplicio.
ESTÁS LEYENDO
Sed Insaciable [GoYuu]
Romance«Siente cómo su boca se seca cada vez que lo ve sudando mientras hace su rutina de ejercicio. Desea tanto pasar su lengua sobre las gotas de sudor que cubren su cuello. Es como si de repente tuviese una necesidad insana de beberlo, de poseerlo. Nece...