Eclosión de amor

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No se cansa de admirar cómo los ojos ámbar de Itadori destellan a causa de la inmensa emoción que siente por haberse encontrado "de casualidad" con él.

-Me alegra haberlo encontrado aquí, sensei.- asegura con entusiasmo. -Aunque Fushiguro y Kugizaki me hayan abandonado- hace un mohín, inflando sus cachetes y frunciendo un poco el ceño. Luce adorable.

-Hm. Qué crueles son.- es lo que contesta mostrando en su rostro compasión por el chico. -Como venganza deberíamos aprovechar el día solos tú y yo, Yūji.- responde con una sonrisa maliciosa.

Itadori no entiende la doble intención detrás de sus palabras así que solo muestra una cara de estar contemplando la idea.

-Me parece buena idea pero debo esperarlos ya que vinimos juntos y sería grosero irme sin avisar.- replica. «Como siempre tan leal a sus amigos», es lo que piensa Gojō.

-No te preocupes. Les mandaré un mensaje diciendo que has sido robado por mí. No creo se molesten si se los dice su profesor favorito.- Satoru le objeta con un coqueto guiño.

Itadori ríe un poco, sin captar el casi imperceptible coqueteo de su profesor.
-No creo que usted sea su favorito, sensei.

-¿Qué dices? Me rompes el corazón, Yūji.- contesta con ese característico tono dramático en su voz.

-Pero confórmese con saber que es el mío.- le guiña devuelta, mostrándole esa pequeña sonrisa que tanto le gusta. Así que Satoru solo puede abrazarlo fuerte.

-Por eso Yūji también es mi favorito porque es taaaan lindo.- el abrazo le resulta reconfortante, aprovecha para hundir su nariz entre el cuello y hombro de su estudiante. El aroma en esa zona es más penetrante. Su cuerpo lo había estado pidiendo desde hace un par de días, no quiere despegarse de él pero tampoco quiere mostrarse ansioso.

-Bien, pongámonos en marcha.- lo dice con un tono de voz animado agregando -Pide lo que quieras, Yūji. Tu profesor favorito pagará por todo.- se señala a sí mismo con sus pulgares y una sonrisa que muestra su blanca dentadura.

-Woooow. Nunca había tenido a alguien que se ofreciera a pagarme todo.- sus ojos y sonrisa se abren más de lo normal mostrando entusiasmo por lo escuchado.
-Pero no quiero abusar de sensei.- recompone su alegría mostrándose serio.

-Yūji, no tienes que preocuparte por nada. Gracias a mi excelente trabajo como hechicero y al clan que pertenezco cuento con gran poder adquisitivo. No tengo que preocuparme por el dinero.

Es verdad, a Gojō no le gusta alardear sobre ello pero vive una vida cómoda gracias a su título como heredero del clan y sobre todo al ser nombrado como «el hechicero más fuerte» y lograr el mayor número de éxitos en cuanto a misiones. Fácilmente puede darse varios lujos.

-Además no creo vayas a pedir cosas de cantidades exorbitantes como para dejarme en la miseria.- lo dice mientras acaricia la suave cabellera contraria deleitándose con el toque.

Yūji parece dubitativo pero al final acepta.

-Hn. De acuerdo, aceptaré su propuesta nada más porque hace unos momentos Kugizaki casi se acaba mi dinero pero la próxima vez definitivamente yo seré quien le invite todo a Gojō sensei.- Yūji le responde con determinación, como indicándole que no aceptará un no por respuesta.

-Kyaaa~, Yūji indirectamente me está invitando a una cita.- lo dice con voz chillante y una emoción aparentemente exagerada para darle un toque bromista al asunto porque en el fondo, su corazón sí que está rebozando de alegría por saber que habrá una próxima vez.


El arrebato que tuvo hace unos minutos por culpa de una desconocida es una acción de sí mismo que no se esperaba. Reconoce que es infantil -hasta cierto punto- pero pensar que lo hizo porque aquella chica tenía intenciones de confesársele a Yūji, le hace replantearse la forma en la que quiere al chico. No descarta el sentimiento de los celos desbordándose, a tal grado de que si pudiese, habría borrado su existencia con un chasquido. Sin embargo su mente ha estado en completo caos por lo que se asegura simplemente estar confundiendo las cosas. Desea a Yūji Itadori, es obvio, pero no tiene pies ni cabeza querer monopolizarlo. Lo aprecia y espera estar siempre con él, como un guía, como un salvador. Quiere protegerlo, eso sin duda por su parte como profesor, pero su contraparte como hombre, la que desea al chico, quiere corromperlo. ¿Alguna vez alguien ha protegido y deseado a la misma persona? No tiene idea, nunca había tenido esta dualidad de sentimientos por una misma persona. Decide dejar de pensar en el enigma en el que se ha convertido Itadori Yūji. Solo quiere seguir disfrutando de su día con él, divertirse, reírse, comer todo lo que se les antoje. Olvidando sus vidas como hechiceros.

Sed Insaciable [GoYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora