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-Eso es dulzura, brinca sobre la polla de Lou.- Y gimió cuando Harry lloriqueó, inclinándose hacia él despacio, sin dejar de rebotar su culo, dándole una follada alucinante.

Louis plantó sus pies en el colchón, y apretó más sus caderas, extendiendo sus dedos para acariciar todo lo posible la suave y preciosa piel, y aumentó la contundencia de sus embestidas al ritmo del rizado sobre él, atrapando su labio gordito con sus dientes, tirando y chupando, negándose a apartar los ojos.

Harry podría jurar que Louis no era real, y reforzó su teoría cuando jadeó y gimió a la vez al sentir sangre en su labio, eliminando la distancia por completo para empujar su lengua a su boca, recibiendo la misma lascivia sucia que los hizo perder el ritmo por un segundo.

-Mierda, Lou.- Gimió cuando lo separó de un tirón, con sus dedos llenos de anillos enterrados en su pelo, y no perdió el ritmo, rodando sus caderas para volverlo loco. Y funcionó, porque el ojiazul bajo él jadeó ahogado, follándolo más fuerte, haciéndolo lloriquear.- Me follas tan bien, tan jodidamente bien.

-Eres una dulzura, ¿no es así?- Habló agitado, acariciando el monumento que ese culo era, y sonrió con arrogancia.- Tú estás follándote solito, Hazzie. Sucio, sucio Hazzie.

-Oh, Dios.- Se ahogó, moviendo su pelvis hacia adelante y hacia atrás, dejándose caer cada vez más brusco, y todo él tembló cuando una nueva embestida dio con su punto.- ¡Mierda, Louis, justo ahí!

-Así que allí está...- Gimió, encontrando su cuerpo a medio camino; lo estaba follando demasiado fuerte.- ¿Te hago sentir bien, dulzura? ¿Te gusta saltar sobre mi polla?

-Mucho.- Volvió a estremecerse, gimiendo perdido, y Louis tomó su señal para voltearlos, comenzando a joderlo en serio.-¡Dios, sí, más!

-Lo que mi dulzura bonita quiera.- Jadeó, acercándose a sus labios, y la cama comenzó a golpear la pared con fuerza cuando aumentó su brusquedad.- ¿Vas a correrte para Lou, Hazzie?

-Tan bueno.- Gimió, y Louis dejó salir un sonido grave al verlo rodar sus ojos, idos en su placer, y le levantó las temblorosas y suaves piernas con brusquedad, sonriendo arrogante cuando Harry gritó, pegando sus empeines en su nuca sudorosa, tirando sus brazos hacia atrás, apretando la única almohada de la cama.- Joder, joder, joder.

-Es lo que estoy haciendo, dulzura.- Jadeó inclinándose a su cuerpo todo lo posible.- Joder, dame un beso.

Harry se impulsó y tiró su cabeza hacia abajo, ahogando sus gemidos en su boca, perdiéndose en el balanceo de Louis sobre él. Sabía que iba a acabar sin siquiera tocarse, pero no dejó de besar a Louis tirando de su pelo y mordiéndolo, temblando con violencia antes de caer hacia atrás, corriéndose entre sus torsos. Pero Louis maldijo y tiró de su nuca para besarlo con descuido de nuevo, golpeando en su punto tres veces más antes de seguirlo, descargándose en su interior.

Bajó la fuerza y la velocidad de su movimiento mientras jadeaba en la boca de un muy ido Harry, dejando en un casi silencio la habitación.

-¡Tommo, joder, corre la puta cama!- El golpe en la pared con el grito sordo los sobresaltó, haciéndolos reír con cansancio.

-Deberías sacarle la cabecera.- Habló cansado y sonriéndole, con los rizos desparramados y la sonrisa roja e hinchada, y bajó sus piernas temblorosas con cuidado, lloriqueando cuando Louis salió de él.- Porque la corrimos, bastante.

-Suele ser suficiente.- Rio, sacándose el preservativo y anudándolo, tirándolo al piso, desplomándose a su lado.- Fuimos un poco salvajes.

-Puedo apostar a que si.- Rio girando su rostro, y Louis no pudo evitar sonreírle, porque el chico era precioso.- Creo que hasta se me fue el alcohol del cuerpo.

-Puedo seguir intentado dejarte sobrio.- Ofreció burlón, y no se alejó cuando el rizado rio y se impulsó sobre él, bajando su boca a la suya para besarlo despacio.

El brazo de Louis encontró su lugar alrededor de la cintura pegajosa de Harry, y lo apretó contra él mientras se sentía perezoso, besándolo con languidez. Su lengua acariciaba la suya y sus labios se sentían como el cielo, y cuando sintió sus dedos gorditos acariciar fugazmente su mejilla para llegar a perderse en su pelo juró que podría llegar a ronronear.

Harry era perfecto.

El rizado no le pidió permiso para levantarse e ir al baño, y Louis también se movió, juntando ropa y preservativos usados, dirigiéndose a la cocina para tirarlos. Dio con una botella de agua bien fría y unas barritas, y cuando volvió lo vio mientras salía estirándose, sonriéndole lleno de hoyuelos.

-¿Serías tan amable de decirme dónde estoy?- Dijo jocoso, y no pudo evitar reír mientras entraba él al baño.

Harry estaba sentado como indio y muy desnudo con el celular en una mano y la botella en otra, y no levantó los ojos cuando se tiró a su lado, acomodándose en su almohada, a gusto.

Sabía que Harry sabía que él quería que se fuera, y eso lo dejaba tranquilo, porque era incómodo pedir amablemente que sus folladas se retiraran, y el rizado le caía bien, no quería terminar en eso.

-¿Dónde compraste estas sábanas?- Preguntó distraído, levantando sus ojos demasiado verdes y brillantes a él, que le alzó las cejas.- Creeme, Lou, puedo reconocer unas buenas sábanas cuando me follan sobre ellas.

Louis estalló en carcajadas mientras rodaba, y le arrebató el agua al sonriente Harry, que aún tenía su teléfono.

Descubrieron que hablar entre ellos era fácil, muy fácil y muy ligero, divertido. Harry era desvergonzado, jocoso y todo hoyuelos, y Louis podía ser tan mordaz como quisiera, porque el chico solo reía y redoblaba su apuesta, aún usando su teléfono en ocasiones.

Louis no supo cuando se quedó dormido, y el rizado solo sonrió suave al notarlo, levantándose por fin de la posición en la que había estado por más de una hora, tarareando mientras se vestía. Usó el baño por última vez y le dejó a Louis la botella en su mesita de noche, cerrando un poco las cortinas para que el amanecer no lo moleste, y salió, cerrando la puerta de su habitación.

-Niall, cielo, ¿cómo era que abrías las puertas de los edificios para salir?- Llamó a su hermanastro, desinteresado, cerrando con cuidado a su espalda, sin mirar atrás.

Cuando Louis se despertó bien entrada la mañana muy sudoroso, sucio y feliz, tarareó al encontrarse benditamente solo; Harry había entendido todo.

Se levantó con pereza y fue a su baño, pero arrugó la nariz con desagrado al ver una nota pegada en su espejo, con una caligrafía esponjosa y bonita.

Harry tal vez no había entendido todo.

Pero leer el papel le sacó una carcajada, y saltó a la ducha tranquilo, tirando sin ver la nota la basura.

"Lou, lo siento, usé tu cepillo de dientes. Te prometo que te compraré uno si vuelvo a ver tu cara alguna vez... así que ve a comprarte uno tú solo. :)

H".

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