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Maratón sopresa, no diré cuantos

capítulos vienen

*se ríe dramáticamente y se ahoga*

Cristel

Mi cabeza duele tanto que no me importaría si alguien me la arranca ahora mismo. Con trabajo me giro en la cama para mirar el reloj.

Tiene que ser una broma, no pueden ser las tres de la tarde, ¿verdad?

Jadeo cuando siento una fuerte punzada de dolor que viaja directo a mi cerebro.

Ya te deprimiste suficiente ayer, es hora de hacerme orgullosa de ser tu conciencia.

Tu cállate, que suficiente tengo como para aguantarte a también a ti.

Vale.

Por suerte tengo una botella de agua al lado de la cama, necesito hidratar mi garganta.

¿Acaso anoche bebí arena?

Recuerdos de mi llamada con Emma diciéndome que Josh quiere pedirme matrimonio, yo bebiendo como una loca borracha, hablando con un completo desconocido...

Esos ojos oscuros como un cielo sin nubes en la noche.

Esa boca con promesa de diablo.

Creo que te ordené callarte.

Vale.

Recuerdo sus ojos, una versión oscura de los míos, pero con el mismo dolor. O tal vez fueron ilusiones de borracha. Recuerdo comenzar a hablar de mis problemas, pero no logro recordar mis palabras ni las de él.

Ale, creo que ese era su nombre... o por lo menos algo parecido.

Lo que si no recuerdo es el tatuaje que ahora tengo en mi dedo anular de la mano derecha.

Y tampoco recuerdas como llegamos al hotel. Pero mejor hablemos de ese precioso tatuaje que tenemos.

Mi primer tatuaje son unas mini esposas en el interior de mi dedo, ahora enrojecido e inflamado, pero eran de un color sangre tan vívido que sería difícil de esconder.

Por lo menos seguía con la misma ropa de ayer puesta.

Me desnudo y entro a la ducha de agua fría para aliviar el dolor. En cuanto termino me preparo un café bien fuerte y con el móvil en la mano hago la primera llamada que debo hacer.

-Cris?- responde después del tercer timbre.

-Hola papá, que bueno es saber que no te han matado -respondo con sarcasmo.

-Lo siento Cris, no sabía lo que hacía ese día, no sé como pude hacerle eso a mi pequeña. No merezco ser tu padre ni tener la familia que tengo -dice con voz llorosa.

-No, no nos mereces pero para tu fortuna yo no me parezco a ti, yo si soy leal y no vendo a mi familia.

-Lo siento hija...

-Aunque te disculpes mil veces no voy a perdonarte, quiero que sepas que hago esto por mamá y por Kate, ellas no merecen sufrir también las consecuencias de los juegos y deudas tuyas -me duele decirle estas palabras al hombre que mas he amado en la vida, pero no soy capaz de perdonarlo -dime como los contacto.

-Han estado siguiéndome y vigilando la casa. Hace una semana lo noté, tengo miedo por tu hermana, no quiero que le pase nada a ella.

Claro, pero no le importa lo que ,me pase a mi.

Atada a un matrimonio (ATADA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora