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Alessandro

En cuanto llegué a la hacienda Berlusconi lo primero que hice fue bañarme y descansar lo mejor posible.

Luego llamé a mi mejor amigo Gabriel Rossi, es el avvocato de mi familia desde hace 7 años. Y nada me agrada más que confiar mis temas legales a él.

Decidí averiguar quien es mi futura esposa. No me juzguen, pero antes de dejar que me aten de manos y pies, quiero tener más información.

Mi lema de negocios es: Investiga a tu enemigo para que el diablo no te sorprenda.

Justo en este momento, estoy esperando que el Rossi llegue con toda esa información que pedí.

Y justo ahora abre la puerta de mi despacho, sin tocar, como de costumbre.

-Al fin te dignas a llegar -digo y lo abrazo con un golpe en la espalda.

-Perdone jefe, por estar hacerle un favor que no es mi trabajo- dice el a modo sarcástico mientras me ofrece una ridícula reverencia.

-¿Para que perder el tiempo en detectives si eres la fuente de información más fiable en este asunto?

-Que puedo decir? Contigo soy una facilona bebé -y me lanza un beso que prefiero olvidar y dejar en el aire.

El Rossi y yo nos conocemos desde niños, fuimos al cole juntos y nuestra relación siempre ha sido la hermandad más irrompible del mundo.

-Ten, estas son algunas de las fotos que tenía tu abuelo. -dice pasándome un sobre.

En cuanto abro el sobre mis ojos no creen lo que ven.

Cris, la chica del bar, la que me hizo hablar de mi vida y creer que ella era igual, la que ahora comparte un ridículo tatuaje conmigo.

Me siento como un maldito payaso en estos momentos.

-Me estás diciendo que esta que sale en las fotos es Cristel Wilson? -pregunto como si mi cerebro todavía no lo creyera.

-La misma -me afirma -acabo de enterarme de que se encuentra en Roma. Según lo que averiguo Tomás con Arnold en Canadá es que ella tenía trabajo que hacer por aquí.

Claro, hacerse pasar por una chica dolida y tratar de engatusarme. Y lo molesto es que casi lo logra.

-¿Quién es Arnold? -pregunto al no entender de que habla.

-Arnold Wilson, el culpable de que ella se tenga que casar contigo, ¿recuerdas?

-¿Cómo?- ahora si no entiendo nada.

-Oh, verdad, estuviste más de una semana sin contestar mis llamadas y mensajes después de que te largaras de la lectura del testamento -me recrimina.

-Gabriel, déjate el sarcasmo unos minutos y explícame todo.

-Bueno, al parecer el señor Wilson conocía a tu abuelo y tenía una deuda pendiente, tu abuelo la quiso cobrar con su primogénita. Aquí es cuando entra en escena Cristel. Según el contrato que firmaron los dos, si ella no se casa contigo, se muere su padre.Fin.

-Entonces, ¿Cris no se casa conmigo por dinero?

-Primero, ¿Cris? ¿Desde cuando la intimidad? Y segunda, ¿que parte de que se casa contigo debido a una deuda, dinero, no entendiste?

En ese momento, decidí contarle todo lo que pasamos en el bar ella y yo, hace una noche atrás.

Después de que se burlara de mi un buen rato y dejara de ver el pequeño tatuaje que tenía en mi dedo anular, le pregunté -¿Crees que se acercó a mi en el bar sabiendo quien era yo?

Atada a un matrimonio (ATADA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora