Capítulo 2: Misiones.

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— ¡Ya paren ustedes dos! —El dúo de amigas fueron arrojadas en una habitación, cayendo una encima de la otra, cuando las puertas de la habitación fueron cerradas con un golpe seco, ambas se sentaron en el piso mientras se abrazaban, asustadas por el jefe de guardias.

— No nos grite. —Xian Li le reprocho sin soltar la nuca de su amiga, quien usaba su cuerpo como escudo para proteger a la menor.

— De tantas personas en su mundo, justamente hacen el ritual dos descerebradas. —Gruño con frustración.

— Descerebradas su abuela. —Xian Li le mostro el dedo medio, este siendo bajado por Liu Shu, quien seguía siendo su escudo— No tiene el derecho de hablarnos así, el que busca encuentra, maestro Roshi con sobrepeso. —Le saco la lengua, tenía miedo, pero si iba a morir sería con honor, aunque se detuvo al ver como su mejor amiga la miraba, está había volteado un poco su rostro, alzando una ceja ante las palabras de la menor— ¿Qué? El empezó. —

— ¿Maestro Roshi con sobrepeso? —Pregunto para luego estallar en una carcajada, contagiando a la más baja— Si es. —Las dos rieron con más fuerza, tirandose al piso mientras sujetaban su estomago, el cual empezaba a dolerles por el esfuerzo que hacían al reír.

El jefe de guardias cerro los ojos y suspiro profundo, ¿Qué mal le había hecho a los Dioses para que lo castigaran de aquella manera? 

— ¡Las dos cierren la boca! —Grito, enojado por las burlas— ¡Acaso no entienden en donde están! ¡Esto es algo serio! —Las señalo mientras las regañaba, desesperado por la actitud infantil que las "elegidas" tenían.

— A ver viejo calvo, vaya a gritarle a su señora madre. —Liu Shu se paro, enojada por la actitud del calvo— ¡Si no le gusta como somos, pues vaya a llorar a otra parte! —Iba a empezar una discusión, pero Xian Li la detuvo, parándose y agarrando su brazo izquierdo, jalándola un par de pasos hacia atrás para calmarla.

— Tranquila anciana, recuerda tus votos de paz, no a la violencia. —La mayor asintió, recordando su promesa de dejar su agresividad con los demás y ser alguien tranquila, junto sus manos y suspiro, hoy no era su día así que estaba irritada, pero no dejaría que aquello la consumiera.

— Gracias baby. —La más baja asintió, dedicándole una sonrisa.

— De nada mi chikistrikis. —Le mando un beso volador, el cual la otra fingido agarrar en el aire para llevarlo a su corazón.

— Bueno, esto responde la mitad de mis dudas. —Entre jotos se entendía y sin duda el par de amigas se llevarían bien con los protagonistas de aquel mundo— ¿Serán serias? —Pregunto, queriendo hacer su trabajo e irse lo más rápido posible.

— Lo intentaremos, pero no nos grite si no quiere que haya violencia. —Amenazo señalándolo con su abanico, al ver el objeto en su mano su cerebro se bugueo por un momento— Hay un fallo en la matriz. —Giro para mirar a Liu Shu, quien se encogido de hombros sin saber que paso. 

Estaba segura que hace unos segundos no había tenido el abanico en su poder, recordaba muy bien haberlo arrojado al grosero guardia, pero ahora el objeto estaba en su mano, apareciendo de la nada.

— Abra más fallos como esos si no cumplen sus misiones lo antes posible. —Las dos amigas lo miraron, ahora viéndose interesadas en lo que tenía que decir, el hombre se adentro más en la habitación, sentándose en el uno de los cojines que servían como asiento en aquella habitación.

— ¿Él sabe quienes somos? —Su amiga asintió ante su duda.

— Es el volante pedorro que te vendieron. —Xian Li parpadeo varias veces, tratando de que cerebro entendiera la tenue explicación que se le fue dada.

Pendejas atrapadas en un Danmei (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora