Prologo.

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En un día normal, en una ciudad normal, en un barrio normal, bueno, normal en términos de barrios con cholos, ñeros y vecinas con lenguas viperinas, el caso es que esta historia empieza en una vivienda en alguna parte del tercer mundo.

— Ah mira, se confirmó la segunda temporada del Donghua de Save... De seguro es una broma. —Deslizó rápidamente su dedo para bajar más en su muro de Facebook, ignorando lo aburrido, como fotos de amigos, familia o publicidad, solo se enfocaba en algo que fuese sobre dramas, animes o alguna de los grupos Kpop que tanto le gustaba.

Ese día en particular estaba haciendo demasiado sol, el calor era insoportable y sus ganas de siquiera vivir bajaron en un porcentaje alarmante, pero aquello era cosa de todos los días, así que simplemente siguió con lo suyo, quizás más tarde escriba algo o simplemente no lo haría, quien sabe, los caminos de la vida no son siempre lo que uno espera.

— Que silencioso, es agradable. —Susurro mientras se recostaba aún más en su asiento, subiendo sus pies en una butaca cercana para estar más cómoda.

Pero su dicha no le duró mucho.

— ¡ANCIANA! —Un grito apareció junto a su dueña, quien saltó desde el marco de la puerta para hacer una entrada más dramática, equivocándose sobre la dirección en donde estaba la otra chica, quedando mirando hacía la izquierda, en donde se encontraba una TV apagada con varios muebles, mientras que su amiga estaba a la derecha, ignorándola por completo mientras se reía por un meme— Acaray, el mundo se giró. —Miro hacía los lados, percatándose de que estaba del lado equivocado— Ahí estás. —Se volteó encontrándose con la otra chica— Adivina que compre. —Alzó sus manos hasta su rostro, emocionada por contar lo que había conseguido.

— Hay un mosquito molesto zumbando por ahí. —Sacudió su oído, arruinando la alegría de la otra.

— Por eso nadie te quiere. —Se tiró encima de su amiga, quitándole el celular y agarrando su rostro con sus manos— Te juro que esta vez si es algo bueno. —La mayor resoplo, cada vez que su mejor amiga decía "esta vez si es algo bueno" resultaba ser algo caótico y que le traía muchos problemas.

— Primero que nada, bájate, que la carne de burro también pesa. —La pateó— Segundo, ¿De donde sacaste dinero para comprar algo? Estás en la ruina. —Se acomodo los lentes mientras veía como la más baja sacaba un papel del bolsillo de su pantalón.

— Ahorre todo lo que me diste por hacer los mandados, tu flojera es mi fortuna. —No quería darle la razón, pero tenía demasiada razón, maldijo sus faltas de ganas de caminar dos pasos para ir a la tienda— Compre algo que nos mejorará la vida. —Mostro el papel, el cual era de color negro y tenía varios dibujos de colores y palabras, sobre todo palabras, era demasiado texto.

— Dime que es un contrato de trabajo y que ya no valdrás verga económicamente. —La menor negó, provocando que su amiga volviera a resoplar— Entonces es el testamento de algún viejo rico que nos heredó todo, ¡Dejaremos de ser pobres! —Al volver a negar su amiga simplemente le arrebató el celular y se acomodó— Entonces no me interesa. —

— Vamos, es algo mucho mejor que esas cosas. — Se paró— ¡Es la llave para viajar a nuestra realidad deseada! —No hubo reacción de la parte contraria, ni siquiera parpadeó, estaba concentrada en buscar una respuesta a su incógnita ¿Por qué era amiga de la menor y por qué la aceptó en su casa?

— ¿Es que tu estas pendeja o que mija? —Se cruzó de brazos al reaccionar, rápidamente la menor se explicó.

— Imagínatelo, poder viajar a la realidad que quieras, algún anime, alguna serie o novela Danmei, y solo haciendo los pasos que está en esta cosa. —Señalo el papel negro— El señor que me lo vendió dijo que solo se necesita algo esencial para que funcione. —Indico.

Pendejas atrapadas en un Danmei (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora