Secretos peligrosos

6- Reencuentros inesperados (parte 2)

El celular comenzó a sonar, ese sonido molesto. Abrí los ojos poco a poco viendo que me había quedado dormida en el sofá, una vez recuperé la conciencia me levante de un salto rápido provocando un mareo que hizo que me volviera a sentar. Segundos después de que me calme un poco, me pare por mi celular que estaba tirado en la otra esquina de la sala. Es Eda, claro que no le contestaría en este tono, así que decidí por un mensaje rápido.

—"Lo siento, te veo más tarde, estoy bien☺. " —enviado.

Hasta esa hora porque no se por donde empezar. Deje el teléfono a un lado para analizar todo, una vez esto me acerque a Harry que esta en la otra mitad del sillón, hecho un desastre. Perdí la razón anoche, la euforia se apodero de mi, es como mi lado demoniaco. 

—Ey, despierta. —dije con la voz algo baja, todavía no tengo tanta energía.

Al ver que no me hacia caso lo tome del pelo para darle un jalón, rápido se despertó.

—¿Auch? —se quejo, mirándome indignado. 

—Mira la hora, joder. —le enseñe el celular. —Son las 12pm, dios. —me deje caer en el sofá para después taparme la cara con un cojín.

—¿Es en serio? —dijo sonando más ronco de lo normal, hizo una cara de sorprendido, rápido vi su sarcasmo. —Las 12 de un domingo, Parker, tranquilízate. —bufó para volverse a tirar, poniéndose cómodo de nuevo. 

—Que le diré a Eda... —me dije mi misma en un tono bajo.

—¿Te avergüenzas de mi? —respondió.

Me quite el cojín de la cara y lo mire, él también tenia sus ojos puestos en mi.

—No digas estupideces. —puse mi mano en mi mejilla, recargando mi cara mientras seguía viéndolo. —En ese caso tu te avergonzarías de mi. —reí levemente.

—¿Por qué lo dices? —copio mi gesto de la mano, aún mirándome. 

—Olvídalo. —dije anodina.

—No olvido fácil. —alzó los labios, dando una sonrisa ligera y sincera.

—Gracias por lo de ayer, me gusto alcoholizarme. —me levante del sillón.  —Me tengo que ir.

—Bien, te llevare. —se levanto igual.  

—No, no, me iré en taxi. —agarre mi celular para meterlo a el bolsillo del pantalón. 

—¿Segura? 

—Siempre. —asentí sonriente. —Tratare de no volver a saber nada de ti para quedarme con este bonito suéter.

—Puedes quedártelo. —río un poco. —Pero si estoy seguro de que te volveré a ver.

—No voy a meterme en tus asuntos privados Harry, solo quiero decirte que si quieres hablar de lo que me dijiste anoche, ya sabes como buscarme. —le dije cantarina, agradable y en confianza, sé lo que se siente cuando no tienes a nadie para desahogarte.

—Está bien. —respondió dándome una mirada cálida.

—Adiós. —agite mi mano despidiéndome para comenzar a caminar a la puerta.

—Adiós. —concluyó él en un tono más bajo, ¿le parecía rara la sensación de apoyo?

Salí de la casa de Harry para tomar un taxi he ir al departamento. Llegue rápido, no quiero preocupar a Eda más. Le dije todo, incluyendo a Harry en mi anécdota, creo que es muy importante en la historia. 

—Al menos tienes un lindo suéter.  —dijo sonriendo en cuanto le termine de contar.

—Si, es lindo. 

—También Harry, ¿no crees?

—Supongo, aunque su pésima actitud no es nada atractiva.