Estuvo a punto de decirme algo, pero cerró la boca, se paró y empezó a limpiar la cocina.
-Yo... mejor me voy-el no dijo nada-Adiós Bryan.
Siguió sumido en el silencio, así que sólo tome mis cosas y me fui a casa.Llegue salude a mi perro Steven y revise la contestadora.Alice había llamado.
"Alo? _____? Soy Alice.Tengo tantas cosas que contarte, no tienes ni idea.Perdona por no llamar antes, la mudanza me tiene como loca.Llámame cuando puedas te quiero bye"
Tome el teléfono y la llamé, hablamos por casi 3 horas, me hablo de su vecino Alonso, decía que era muy lindo y forzudo, les había ayudado a meter todos los muebles.
-No paraba de mirarlo, y creo que se dio cuenta, por que me guiñó el ojo varias veces-decía emocionada-y tu _____, que cuentas?
Suspire, por que lo primero que se me vino a la cabeza fue su nombre.
-Bueno hay un chico se llama Bryan...-resumí la historia lo mejor posible, obviamente, me salte la parte del suicidio.
-Eso dijo?-pregunto cuando le conté de nuestra pelea en su casa-wow, incómodo, pero lindo.
-!Alice!-la regañe.
-Que? Ay _____ tu tienes tan claro como yo que lo de Matt no va a ningún lado.Ya es hora de que te dejes querer y, según lo veo Bryan es el príncipe azul que cualquier chica sueña tener-dijo Alice-Pero no va a quedarse como bobo esperando a que te decidas a darte cuenta.
Nos despedimos y me quede pensando en lo que había dicho Alice.Tenia razón Bryan no esperaría por siempre; debía hacer las pases con el y luego... quien sabe.
Al día siguiente era sábado, y quise ir a verlo para pedirle disculpas; desafortunadamente a mis padres se les ocurrió ocupar el día en conversaciones sobre nuestra custodia, y preferí evitarle el griterío a mi hermano Freddy, así que nos fuimos al parque de diversiones.
Estuvimos ahí todo el día, estoy segura de que me subí al menos tres veces al mismo juego; Freddy tenía la energía de una pelota saltarina.
Llegamos a casa agotados, pretendí ir a dormir enseguida, sin embargo mi mama me estaba esperando en mi cuarto para hablarme.
-Siéntate ______-tenía ese tono de "malas noticias" que temía tanto-tenemos que hablar.
-Como resulto todo?-sólo quería que esta conversación terminara lo más pronto posible.
-Tu y tu hermano se quedarán en la semana aquí, y el fin de semana la pasarán con tu padre.Las navidades van a ser turnadas.
Sus palabras me habían caído como un golpe en el estómago.
-Que?-dije incrédula.De repente caí en la cuenta:todos los momentos de familia ya no existirían más.Las navidades, los almuerzos en domingo, las tardes de cine... todo eso sería remplazado por la ineludible sensación de que siempre faltaría uno.
-Mañana les toca con el, pasara por ustedes a las 10:00-yo aún no podía asimilarlo-Lo siento, amor.
Genial, otro día más sin ver a Bryan.
Como estaba planeado, pasé el día con mi padre, y también nos quedamos a dormir en su departamento.Revise mi mail, facebook, twitter, como 10 veces en el día, pero nada.Bryan estaba aplicando la ley del hielo cibernética al parecer.
Fui al colegio con Freddy, pero fue una pérdida de tiempo por que no puse atención a ninguna clase.Sentía el apuro, la necesidad de ir a ver a Bryan, pero la manecilla del reloj avanzaba tan rápido como yo en gimnacia.
Por fin, luego de unas 7 exasperantes horas, tocaron el timbre de salida y yo salí casi volando del recinto.
Llegue a la casa de Bryan, me arregle unos cuantos cabellos rebeldes, y toque el timbre.Me abrió su mamá, una castaña de sonrisa amable.
-Hola E,, Cómo estás?
-Bien señora, Está Bryan?-apenas podía contener la ansiedad.
-Esta arriba, en su habitación, pasa-dijo.
-Gracias-dije y subí lo más rápido que pude.
-Ah, pero _____ creo que esta...-no la escuche terminar la oración, ya que estaba en la puerta de su alcoba.Abrí con prisa.
-Bryan yo...-empecé, pero la imagen que vi me callo de inmediato.
Bryan, con la guitarra apoyada en las piernas, y una chica rubia agarrada entre sus manos, que besaba con tanto entusiasmo que quise vomitar.
-Aghh mamá te he dicho que...-hablo hasta que choco con mi mirada destruida-... _____?
-Hola, como te va-dijo la rubia como sí nada.
Apreté los puños por la rabia contenida, y la cara de desconcierto de Bryan no hacía más que acrecentar las ganas de estrangularlo.
-Eres un...-se me llenó la garganta de repugnancia y odio-Siento interrumpirlos, pero ya me voy, pueden seguir tragándose tranquilos-les dije y cerré de un portazo.
