VI.

742 34 90
                                    

Advertencia: Contenido adulto.

____

Take my hand
Take my whole life too
For I can't help falling in love with you

(I Can't Help Falling in Love with You, Elvis Presley)


Despertó en medio de la noche, con la respiración apenas agitada, pero con la mirada alerta. Recorrió con la vista el entorno de la habitación, con las cortinas blancas movidas por el viento, la maceta de Afrodita, la mesita de noche con libros, y el cabello rubio esparcido sobre la almohada en la cama de junto. Sonrió casi imperceptiblemente al contemplar el rostro en absoluta paz de su hellenoi y se pasó una mano por la frente, tratando de ahuyentar las imágenes pegadas a su memoria. Suspiró y recordó sus primeras difíciles noches luego de recuperar el contacto con la realidad: el mal sueño que acababa de tener era una sombra efímera comparado con los que lo atormentaron en aquel entonces.

Sopesó el dolor sordo, lejano, que aún sentía difuso en su cuerpo. En silencio deslizó las piernas (antes sólidas y ahora inseguras) hasta el suelo. Se cuidó de que la férula estuviera en su lugar, y sin ruido, dio un par de pasos lentos hacia la puerta, buscando el apoyo de los muebles circundantes.

-¿A dónde te crees que vas? -preguntó Milo con voz calma, pero perfectamente audible.

Camus sonrió en cuanto la querida voz gruesa llegó a sus oídos.

-¿A dónde quieres que me vaya, hellenoi? No puedo tirarme un gas sin que estés atento... ¿Qué no duermes?

-Duermo mucho, mucho, desde que finalmente estás aquí y no en tu cabeza. Pero no puedo evitar estar atento a ti. Lo siento si eso te pone incómodo; es la costumbre, supongo.

Camus asintió y bajó un poco el rostro, con expresión melancólica. Milo se levantó y le pasó un brazo por el cuello, atrayéndolo un poco hacia sí mismo.

-Oye, ¿estás bien? No estarás triste, ¿verdad? ¿Te sientes mal, te duele algo? ¡Es eso, te duele algo! ¿Llamo al doctor?

-Non, s'il te plaît. Eso no será necesario. Yo sólo... tuve... un mauvais rêve, un cauchemar? Ni siquiera creo que pueda llamarlo así. Sólo tuve un sueño que me resultó un poco... (1)

-¿Aterrador?

-Quoi? Mais non, ça n'a pas fait peur. Pas exactement... (2)

Milo le tomó el mentón y lo besó brevemente.

-Te perturbó. Lo entiendo. ¿Bebemos té?

-Preferiría que durmieras, ya me has cuidado lo suficiente para el resto de nuestras vidas. Además, quiero café.

-Café no. Te alterará los nervios y el sueño. Y apenas he empezado a cuidarte. No te haces una idea ni siquiera cercana de cómo pienso cuidarte de aquí en adelante.

-Pues eso me resulta todavía más perturbador. Vamos, quiero café especiado... sólo un poco.

-Aunque sea especiado te sobreestimulará...

Camus dio una cabezada afirmativa y sonrió levemente, sin decir nada. Pero no era una sonrisa alegre y Milo lo notó al vuelo. Le tomó la mano y le besó los nudillos.

-Café especiado será entonces. Vamos. Lo prepararé según tus indicaciones.

En la cocina, Milo encendió la estufa y puso agua a hervir en una cafetera. Le añadió un par de varitas de canela. Camus empezó a hurgar el estante de las especias con su habitual parsimonia y método.

Al romper la auroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora