You pick the place and I'll choose the time
And I'll climb the hill in my own way
Just wait a while for the right day
And as I rise above the treeline and the clouds
I look down hearing the sound of the things you said today(Fearless, Pink Floyd)
–Excuse moi, Mademoiselle. Qu'est-ce que tu as dit ? ¿Que necesitas qué? –preguntó Camus asombrado. (1)
Saori le dedicó una sonrisa abierta y transparente, le tomó suavemente una mano.
Durante las cuatro semanas que llevaba en Santuario, Camus fue dejado a sus anchas, para que volviera a acostumbrarse a sus actividades y para que retomara el dominio de sus espacios. Lo agradeció, sin duda, pues desde que había acudido con Athena y el resto de la élite dorada a Asgard, había pasado ya poco más de un año. Aún le parecía escalofriante que dos terceras partes de ese tiempo estuvieran ausentes de sus memorias, pero, en definitiva, sí que habían dejado huella en su hogar. El pequeño árbol en su jardín daba fe de ello.
Sus hermanos, Athena y Su Santidad lo conocían muy bien y sabían que no se le daba ser el centro de atención, así que, si bien procuraban estar al tanto de su estado general, no lo agobiaban preguntándole continuamente cómo se encontraba. Milo aún estaba aprensivo con los breves viajes que hacía a Siberia, pero los procesaba cada vez con mejor talante.
En cuanto se armó de valor para ello, le pidió a Mu que lo llevara a visitar la tumba de Sinmone, acompañado de Milo. Pasó una tarde entera sentado en el suelo ante la cripta, a veces riendo, a veces llorando. Todo el tiempo habló con Sinmone acerca de sus últimas vivencias y de sus sueños al lado de Milo, de sus esperanzas en el futuro. Al terminar la visita, cantó para la pequeña. Milo, que había permanecido apartado mientras intercambiaba trivialidades e insultos amistosos con Surt, se acercó, tomó la mano de Keltos, y aunque no sabía la letra de la canción, la acompañó entonando la melodía. Cuando Mu llegó para llevárselos, Surt los despidió a la distancia, agitando la mano y ofreciendo una sonrisa franca. Casi no volvieron a verse, y solo por casualidad.
Ni a Acuario ni a Escorpio se les asignó misión alguna durante esas semanas iniciales, para que pudieran retomar la normalidad (si es que eso podía existir en Santuario) de sus vidas. Que Athena lo llamara esa tarde para comparecer en su presencia le hizo pensar a Camus que su periodo de readaptación había finalizado. Sin embargo, la dichosa misión que le propusieron no era en absoluto lo que esperaba.
–Necesito que me enseñes a bailar –había dicho la joven diosa, así, sin filtro.
–Excuse moi, Mademoiselle. Qu'est-ce que tu as dit ? ¿Que necesitas qué?
Shion, sentado en la mesita del jardín, había estallado en una sonora carcajada ante la expresión desconcertada de Acuario. Saori sonrió.
–Necesito que me enseñes a bailar –repitió pacientemente mientras le tomaba una mano.
–Pero, bueno... Con todo respeto, Mademoiselle, ¿qué te hace pensar que puedo enseñarte a bailar?
–Ah, vamos, Camus. Aquí todos sabemos que eres bailarín.
–Pues... eso es mucho decir. Sólo soy aficionado, y no muy bueno...
–Eres excepcional –dijo Shion sin dudarlo. –Si no hubieras sido Santo de Athena, no tengo dudas de que habrías sido bailarín profesional. Probablemente el mejor de tu generación. Siempre te he imaginado en el Bolshoi.
Camus bajó la vista apenado por el halago.
–Escucha. Asistiré a un gran baile de gala. Como Saori Kido, claro está. Y aunque sé bailar, tengo que hacerlo espectacular, ¿me explico? Es que... Julián Solo y yo nos hemos asociado para organizar una ONG humanitaria. Vamos a asistir a niños huérfanos de guerra en todo el mundo: fundaremos fideicomisos destinados a que reciban atención médica, educación y la posibilidad de encontrar una nueva familia. Pero necesito que todo salga excelente en ese baile, pues de ello depende que tengamos más benefactores. ¿Entiendes? Necesito ser una bailarina portentosa.
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Al romper la aurora
FanfictionAthena y su élite dorada se encuentran en Asgard, en una misión diplomática para formalizar una alianza con las damas del Valhalla. En este sentido, las negociaciones marchan bien. Sin embargo, Milo y Camus siguen distanciados después del enfrentami...