Omnisciente
La presencia de Fabiola y de Jacinta en el lugar era la prueba irrefutable para Rubí de que todo lo que había sucedido hace un momento había estado meticulosamente trazado en cada paso, cada acción, cada persona, cada lugar, todo absolutamente todo había formado parte de un plan destinado a una sola finalidad, separarla de Macarena.
Sus ojos absorbieron presurosos la imagen de ambas chicas, las dos tenían motivos suficientes para quererla lejos de Maca, aunque le resultaba imposible no tomar a Jacinta como su primera opción, solo ella había mostrado tener una mente lo suficientemente retorcida como para organizar algo así, solo ella estaba obsesionada con la hija mayor de Sergio al punto de haberla puesto en riesgo con tal de mantenerla a su lado, Fabiola en cambio se mostraba siempre buena onda, distante y huraña el último tiempo pero jamás con algún indicio de locura, al menos no algo manifiesto al nivel de lo que si evidenciaba la morena.
Rubí comenzaba a sentirse mareada, necesitaba entender que estaba pasando, quien estaba detrás de todo pero necesitaba también detener a Maca, miró la hora y se percató que en tres horas la rizada estaría montada en un avión rumbo a un país a miles de kilómetros de distancia, marcarle a su celular era infructuoso, las llamadas se perdían en la línea hasta rebotar en el buzón de mensajes
-Maca por favor contesta contesta –decía en voz alta Rubí mientras sus intentos se perdían en la desesperanza
De pronto una voz tras de ella la sacó de sus pensamiento
-¿Rubí que haces aquí? Te andan buscando, el procedimiento está pactado para diez minutos más y tú estás aquí
Bárbara al notar los vestigios de lágrimas y los ojos rojos e hinchados de su colega advirtió que algo malo le había pasado
-¿Qué te pasó? –preguntó asustada
-La Maca...-fue lo único que dijo antes de estallar en llanto nuevamente
Bárbara no dudó en abrazarla intentando consolarla
-¿Qué? ¿Le pasó algo? ¿Está aquí?
-No –sollozó –la Maca, la Maca terminó conmigo
-¿Cómo? Pero si estaban tan bien según me habías dicho, no entiendo
-No sé, todo fue muy rápido, un tipo que no había visto nunca me preguntó algo y luego me besó y la Maca lo vio pero...
La enfermera intentó explicar todo pero solo acabó confundiendo a su colega que parecía entender menos con cada palabra que enunciaba la castaña
-Rubí no te entiendo nada pero tienes que intentar calmarte, ve a lavarte la cara y preséntate en tu piso porque te están esperando
-No puedo Bárbara me tengo que ir, necesito alcanzar a la Maca antes de que se vaya
-No te puedes ir a ninguna parte Rubí, tienes que entrar al quirófano
-Que entre la Fabiola o alguien más
-No Rubí, eso es imposible, lo sabes
-Reemplázame tú te lo suplico
-Lo haría Rubí pero sabes que esa no es mi área, además también tengo que entrar a cirugía en media hora más con el doctor Opazo así que lo lamento pero debes entrar allá y hacerlo
Antes de ingresar a pabellón Rubí le dejó un mensaje a Josefa
~No dejes que tu hermana se vaya, necesito hablar con ella
La cesárea se extendió por poco más de una hora, Rubí tuvo que hacer gala de toda su vocación y sobre todo su profesionalismo para sortear el momento sin evidenciar el dolor que la estaba consumiendo, sentía que necesitaba tantas cosas a la vez, un abrazo de su mommy, una palabra chistosa de Esmeralda pero sobre todo necesitaba escuchar que Maca creía en ella, que todo había sido un mal entendido, un arrebato y que todos sus planes seguían intactos, que a las dos semanas de regresar de su viaje, la diseñadora y ella se irían a la montaña o a la playa, donde fuese, el lugar poco importaba si estaban juntas.
