Capítulo 20

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Omnisciente

-Oye ¿Cómo lograste hacer todo esto acá arriba? –preguntó la castaña cuando separaron sus labios

Macarena sonrió con suficiencia y le dio un pequeño toque con el dedo en la nariz

-Ya sabes, las ventajas que da el hecho de que mi suegra sea la administradora del edificio

La enfermera entrecerró los ojos y abrió la boca en señal de sorpresa

-Ósea que estabas coludida con mi mommy y eso de mandarme a buscar ropa hasta acá arriba fue todo un engaño

La rizada se encogió de hombros

-Eres muy pilla Macarena Correa

-Bueno era un riesgo que tenía que correr, igual tenía miedo, quizás tu mommy no me iba a pescar con ayudarme y con justa razón –se lamentó

-Si po, hiciste sufrir a su piedrita, eso no se hace –la molestó

-Si lo sé –dijo con un tono y una expresión facial que denotaba arrepentimiento –pero hablé con ella y ya está todo bien, ella me ayudó, ella y la Esme

-Mira la gusana traidora esa, si es definitivo, mi mommy y mi hermana te quieren más a ti que a mi

-Y mi papá y mi hermana te quieren más a ti así que estamos a mano –refutó con prisa

Ambas rieron para luego a dar paso al silencio, un silencio iluminado por el manto de estrellas que las cobijaba e interrumpido con sutileza por la estridulación de alguno que otro grillo oculto en medio de la noche

-¿Por qué me quedas viendo así? –preguntó la enfermera al notar la mirada profunda de Macarena fija en su rostro

-¿Así como?

-Así tan fijo y con esa sonrisa que tienes –dijo con un leve dejo de timidez

-Te miro porque ya me perdí un año completo de mirarte mientras estuve en coma y no quiero que eso vuelva a pasar, no quiero perderme un solo segundo de ti, de tu mirada, de tu voz, me gusta ver tus ojitos achinarse –Rubí sonrió –ves, así como ahora, me gusta el sonido de tu voz, la paz que transmites incluso cuando estás en silencio, por eso te miro porque quiero tenerte siempre así grabada en mi mente y mi corazón

A cada palabra que salía de los labios de la diseñadora Rubí sentía una mariposa despegar desde su estómago hacia su pecho, la mezcla de felicidad y timidez que le producía oír a su polola la intentó ocultar bajo una afonía y un acercamiento. Abrazó a Macarena y escondió su rostro en el espacio entre el hombro y el cuello, su aliento cálido y desprolijo por los latidos incesantes de su corazón golpeaba la piel de Macarena y se mezclaba con la suave brisa del viento

-Te amo tanto rulito mío –se atrevió a decir sin salir de su escondite

-Yo también te amo enfermera Rubí –le respondió envolviéndola por la cintura

-¿Entremos al edificio? No quiero que te resfríes, a ti no te hace bien exponerte a estas temperaturas bajas

La rizada sonrió ante esas palabras, a pesar de todo Rubí nunca dejaba de lado su faceta de enfermera y siempre estaba pendiente de todo

-Cinco minutitos más ¿ya? además si me abrazas no tengo frío

La diseñadora se puso de pie y avanzó hasta el centro de la azotea, rápidamente Rubí le siguió el paso, se paró detrás de ella y la envolvió con sus brazos a la altura del estómago, dejó reposar con suavidad su mentón en el hombro y fijaron su vista en el horizonte

Amor dormido ♡RUBIRENA♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora