Extra

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Mis labios fueron a aquel blanco cuello, mordiendo y paseando mi lengua sobre la marca escuchando un gemido de parte de mi lindo Omega pero se removió.

—Juan, controlate- golpea mi mano separándose mientras

Mi pecho vibró apretando su cadera paseando la punta de mi lengua sobre su marca y el solo se sacude sacandome una risa, sus ojitos me miraron acomodando mi camisa.

—Comportate, hoy viene el novio de Mila —El recorre mi cuello y soltó una risa al ver mi expresión.

—¿El para qué cosa de quien? - balbuceo.

—El novio, de tu hija. - Mencionado  dice mientras hacia énfasis en "novio".

No pude hablar más al escuchar el timbre de la puerta principal, mi Omega caminó de inmediato a esta y escucho varios pasos por las escaleras.

—No corran —Gruñi apenas y ellos rieron, observé atentamente a mis tres retoños, los primeros. — Mila. . . - ni término de hablar ya que ella chilló y sentí un distinto aroma.

Casi parecido el exorcista moví mi cabeza de forma lenta, sintiendo unas manos más pequeñas en mi estómago haciéndome sobre saltar y bajé la mirada hacia mi cuarto hijo, quien me miraba pidiendo que lo alzara.

—Ven aquí. —Susurro alzando su cuerpo de forma lenta, besando su mejilla y acomodando su cabellito hecho en rulos como los de mi Omega.

Me quedé en mi lugar aún tratando de mentalizarme viendo hacia la Sala con recelo, apretando mis dientes al solo saber que mis cachorros, uno de mis cachorros ya no eran totalmente bebés.

Me derrumbo casi de no por ser de mi hijo quien me dió un pequeño golpe para que reaccionara.

—¡Mucho gusto señor! - el chico sonrió, haciendo tensar el piercing en su boca y sus asiáticos ojos se hicieran más pequeños, pude ver un piercing en su ceja.

Sentí mi ojo izquierdo palpitar.

—Si, me gustaría decir lo mismo... - murmuro con seriedad y mi Omega me dió un golpe rompiendo eso.

—¡Auch! - solté y mi Omega entre cerró sus ojos. —¿No estás viendo que intentó. . - me quedé callado al darme cuenta de algo.

¡Me estoy convirtiendo en lo que juré destruir!

Sentí como desfalleci en un momento, cambiando apenas mi expresión, siempre mirando atentamente al chico, su nombre era Doichi, dos años mayor que mi hija.

—Bien.. - comienzo —¿Cuales son tus intenciones con mi retoño de amor?

—Papá- reprocha mi hija de forma discreta.

El chico parecía estar sorprendido sin embargo el sonrió de nuevo, deja de sonreír joder.

—Las palabras son algo vacías, es mejor actuar,demostrarlo con acciones, sin embargo deseo hacer la feliz, siempre ver por lo mejor de ella y si es posible casarnos en el futuro. ..

—¿Casarse? - me ahogo.

—Me gustaría mucho casarme, con esta chica que es el amor de mi vida sin duda alguna - el chico continua mirando a mi hija y de nuevo palpita mi ojo.

Y vagamente recordé las palabras de mi suegro el día que mis hijos nacieron.

—No puedes negarte, tu peleaste por mami —Menciona Mila mientras sonreía. —Y yo tengo a mi príncipe que haría lo mismo, — esta vez la palidez recorrió mi rostro desmayandome.





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