02

791 89 7
                                    





—¡Juan! ¡¿Acaso acabas de enloquecer?! - mi Omega pareció entrar en crisis mientras me veía desde su balcón y sonreí con inocencia subiendo—Ay- soltó cuando me resbalo,jure que pude ver la palidez extrema en su rostro.

Me agarro de aquel barandal y subí finalmente abriendo mis brazos, sin evitarlo cayendo sobre mi pobre Omega quien gimió adolorido escuchandose el fuerte golpe.

¡Coco ! ¡¿Todo está bien cariño?! - escuché la voz de la madre de mi pareja y mi Omega aguanta la respiración dándome un empujón.

—¡Si mamá! ¡Solo se me cayó algo encima! - dice y abrazo su cintura dejando besos en su rostro y me dió un codazo. —¡Muy pesado pero ya está todo resuelto! - chilla.

No pude evitar soltar una risa por su nerviosismo y corrió a la puerta para ponerle el seguro, soltando un suspiro chiquito y me volteó a ver con enojo.

¿Qué?

Pude escuchar aquella música de fondo que salía de su laptop.

El me siguió mirando enojado y juré casi ver el humo salir de sus orejitas, me acerco a el juntando nuestras bocas en un beso profundo lleno de ese desespero, disfruté de estos mientras recorrí su espalda,cintura con mis dedos y lo apreté a mi.

—Justin- murmura —A veces me sorprende que te amo mucho, mucho como para no golpearte con un florero por tus cosas que pasan tan de pronto. - sonreí dejando besos en su rostro y se relajó. —¿Es correcto que te pida que hagamos cositas aquí?

Olfateo su cuello dejando pequeñas lámidas en este, dejando un poco de mi olor después y niego soltando una pequeña risa al ver su puchero.

—No por que aún que tu habitación puede evitar que las feromonas salgan, no quiero que tu papá me asesine - respondi, sus manitas fueron a mi camisa, desabrochando esta de forma lenta y sonrió bonito.

Me quedé en silencio viendo ese brillo en su mirada, senti como mi corazón estaba acelerado con ese simple toque, sus tibias y suaves manos recorrieron mi pecho bajo mi camisa, cerré mis ojos sintiendo nuestros corazones volverse uno, nuestras frentes se juntaron y dimos pequeñas vueltas, solo balanceando nuestros cuerpos. Mis manos recorrieron su piel por debajo de su ropa de igual manera, aquel pequeño suspiro brotó de su boca.

—Hagamos un bebé - pidió y rei al ver su puchero, asiento de forma lenta, abrazando su cadera.

Possibility  de lykke li,se escuchaba de fondo, aquella melodía tan bonita pero tan triste, mis labios se encontraron con los contrarios y recorrí su cadera, un jadeo suavecito escapó de sus labios. Después me di cuenta que tal vez mi novio estuvo viendo Crepúsculo ya que reconocí cada canción que seguía una de otra.

—Mi amor - susurro —Mi bonito Omega, mi hermoso rayo de luz de luna,mi fantasía, mi paraíso, - tomé sus cachetitos viendo sus ojitos brillar de esa forma bonita—mi infierno mismo, mi alma, mi todo —, mordió sus labios y besé estos yo después. —No sabes cuanto te amo - susurro muy bajo.

Otro botón fue desabrochando, seguido de otro hasta abrir mi camisa, sus dedos delinearon cada parte de mi piel tintada,

Lo alcé despacio, depositando su cuerpo sobre la cama, aquel pequeño suspiro salió de mis labios, me separé unos centímetros quitando mi camisa y lo miré, miré cada detalle de su rostro, detallando cada parte de este, desde esa cicatriz en su cejita, hasta aquel pequeño lunar en su barbilla.

Adoré y lo miré como si fuera la primera vez, toqué su piel de forma lenta sintiendo un pequeño respingo de su parte cuando mis dientes mordieron su cuello.

—Justin - susurra — Justin —. Infla  su pecho unos segundos y pude ver lágrimas en sus ojitos —Siempre me haces ponerme sentimental, eres muy malo.

Sonreí besando su mejilla, besando su pecho, las puntas de mis dedos recorrieron su piel de forma lenta y paciente.

—Solo te estoy haciendo el amor. - Respondi —Dejame amarte mi bonito Omega.

Mi Omega me miró, sus ojos estaban brillando en lágrimas y me atrajo a el juntando nuestro labios. No tardé en recorrer su cuerpo quitando aquella ropa  siendo lo más silencioso posible.

—Las canciones no me ayudan - susurra en un puchero, flightless bird, american mouth  de iron & wine se escuchaba. Sonreí acariciando sus mejillas bajando mis labios sobre su cuerpo, mordiendo uno de sus pezones. —¿Por qué no podemos hacerlo como las personas normales?

—Por qué somos únicos mi amor - gimió muy bajo recorriendo su espalda. —Tan únicos en este universo.

[. . .]

Las puntas de mis dedos recorrían de una forma lenta su espalda, sus mejilla estaba sobre mi pecho, sintiendo su aroma mezclado ligeramente con el mío, habían un par de marcas en su pecho, sin embargo en mi cuello había una pequeña mordida de parte de mi pequeña pareja. Sus ojos permanecían cerrados, aferrándose a mi torso.

—Conejito abrazame - pidió de forma mimosa y bonita, sonreí dándome vuelta rodeando con mis brazos su cuerpo y el bosteza. —Tengo sueño, pero quiero ir contigo.

Solté una pequeña risa negando dejando pequeños besos en sus cachetitos rositas.

—Es mejor que duermas, después vamos a ese lugar, hay mucho tiempo, duerme corazón bonito - dije mientras veía sus ojitos cerrarse unos segundos.

El se estiró y subió sobre mi, acariciando mi estómago, abrazandome, mi nariz se hundió en su cabello y recorrí con mis dedos su espalda.

—Abrazame hasta que me duerma - susurra —Prometeme que mañana vendrás por mi.

—Lo prometo mi amor, estaré puntual aquí- susurro abrazando su delgado cuerpo cerrando mis ojos unos segundos sintiendo como su respiración se vuelve más lenta, dándome a entender que ya se había dormido.

Dejé un beso en su frente y me levanté en silencio tomando mi ropa para salir y dar un salto por el balcón e ir a mi motocicleta, la cual estaba alejada del lugar, quise quedarme con mi pareja, sin embargo no era seguro el hacer eso, ya que podrían descubrirme.

Sonreí abriendo la puerta de mi hogar, dejando a un lado mi chaqueta, cerrando mis ojos y tirándome sobre el colchón, tocando mi oreja de forma lenta y me levanto de golpe al no sentir aquel arete, hice memoria, me quise tranquilizar que estaba con mi novio.

Bostezo abrazandome a mi mismo después de poner aquella alarma y cerré mis ojos, no tardando en caer dormido.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
RudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora