capitulo 5 Gulf

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Una de las cosas que más me gusta de vivir en la ciudad es que puedes recibir
cualquier cosa el mismo día. es muy cómodo. hazard me mira mientras me preparo
para nuestra pequeña excursión. estaba un poco triste porque mew se había ido
cuando me desperté esta mañana, pero tiene un trabajo que hacer.
aunque odio el hecho de que lo aleje tanto de mí, entiendo lo importante que es. es
dueño de toda una maldita empresa que necesita mantener en funcionamiento.
Debería estar agradecido por lo realizado que está el hombre. debe amar su carrera.
-papi tiene que pagar las facturas. - le digo a hazard. no estoy siendo para nada pasivo-agresivo. -sí, es el dueño del local y puede hacer su propio horario. -
me siento en el borde de la cama y me pongo las botas. es un poco difícil. son pesadas, mew va a tener que ayudarme a quitármelas después.
pero, para empezar, de eso se trata. separó los muslos y veo cuatro pequeños moretones en
el interior. coloco mis
dedos sobre ellos, dándome cuenta rápidamente de lo que son.
-vaya. - digo. mis ropas se humedecen al pensar en cómo han llegado ahí. es por los dedos de mew.
maldita sea, es muy sexy, me encanta ver su marca en mi piel no recuerdo que me
doliera cuando me agarraba con fuerza. disfruté cada segundo. siempre lo hago cuando se pone demasiado posesivo conmigo. me encuentro tratando de sacar ese
lado de él.

Él hombre estaba insaciable después de la mamada en la ducha. se abalanzó sobre
mí como un hombre hambriento incapaz de saciar su hambre. mew siempre ha disfrutado más de la cuenta bajar por mí. anoche, sin embargo, fue como si algo se rompiera dentro de él. todo era un poco más agresivo.

incluso las cosas que me susurró al oído fueron un poco más sucias que de costumbre. disfruté cada segundo y espero que
se repita pronto.

Un gemido me abandona cuando cierro los ojos y recuerdo todas las cosas que me dijo.
aunque anoche se dejó llevar más de lo habitual, me di cuenta de que había momentos en los que empezaba a decir algo y se interrumpía. me quedé con la duda de qué quería decir.

hoy voy a ver si consigo que termine de decir algunas de esas cosas. me pongo en pie, tambaleándome un poco. sí que me agotó anoche.
hazard me observa caminar de un lado a otro en el extremo de la cama, acostumbrándome durante un segundo antes de que me dirija al armario. Vuelvo a salir con una piel que mew me compró el pasado San Valentín.
-No es de verdad. - le digo a Hazard, que me lanza una mirada escéptica. Me lo
puse sobre mi conjunto, antes de regresar al baño. No puedo creer que esté haciendo esto.

Me miro en el espejo y trato de animarme. No está tan lejos de su oficina, Me ató el
abrigo antes de tomar uno de mis Birkins más grandes y meter a Hazard dentro para que me acompañe.
-Señor suppasit. - Martin se levanta de detrás de su escritorio de guardia. - ¿Va a salir?
- pregunta, nervioso.
-Sí, saldré. ¿Puede conseguirme un coche, por favor? -
- ¿Él señor metawin no viene con usted? -
-No. - respondo mientras mi cara empieza a calentarse.
Normalmente, cuando salgo, win me acompaña. Podemos estar conectados por la cadera cuando no estoy con mi marido.
Definitivamente no voy a llevarlo conmigo en mi visita sexual sorpresa a mew en su oficina.
- ¿Quieres que lo llame? -
-No. - Me río. -Solo necesito un coche, por favor. - Empiezo a caminar hacia las puertas delanteras.
-Por supuesto. ¿Hacia dónde se dirige? -
-A la 4th and Abbot. - Muevo los dedos de los pies dentro de mis botas. -En realidad, creo que iré andando. - Probablemente no sea mi mejor idea, pero me apetece
tomar aire fresco.
-Podría llover. - Martin se apresura a ponerse delante de mí antes de que pueda salir del edificio.
- ¿De verdad? Hace sol. - señaló.
- ¿A dónde vas?- llama win, saliendo del ascensor.
-Quería sorprender a mew en la oficina. -
-Qué bonito. Te acompañaré. ¿Estás seguro?-
-Estaba a punto de ir al gimnasio. Caminar con mi amigo suena mucho mejor. -
Sus ojos me recorren de arriba a abajo. -Mi amigo que obviamente está tramando algo. -Sonríe.

my possesive husbandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora