9: Vacío

8.3K 902 154
                                    

La compuerta se abrió en el piso 3, y la vio a lo lejos, esperando frente a la puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La compuerta se abrió en el piso 3, y la vio a lo lejos, esperando frente a la puerta.

—Quiero llorar —le dijo, acercándose a ella, con su mochila negra colgada en sus hombros.

Emma escondió detrás de su espalda lo que había llevado, también estaba usando una mochila en lugar de un bolso. Sonrió cuando vio que él había llegado. Colin no prestó atención a su alrededor, no se percató que había una escalera del mantenimiento en el pasillo o que la puerta del vecino estaba abierta, todo de él estaba puesto en todo de ella. Continuó hablando mientras acortaba la distancia entre los dos.

—¿Cuánto te hice esperar?

—Llegué hace tres minutos.

—Qué horror —llegó hasta la puerta, y metió la llave en la cerradura.

Emma miró su smartwatch, y dijo, mientras entraban al departamento:

—Quedamos a las 9. Ahora son las 8:57. ¡Llegaste tres minutos antes!

Colin soltó su mochila al lado de la puerta, se sacó sus zapatos rápidamente, y tomó el cenicero que se hallaba en medio de la mesita de la sala, lo colocó en un estante, lejos. A continuación, volteó con intenciones de darle un beso, un abrazo, pero se encontró con una caja de Twister frente a la cara de ella. Ay Dios. Qué mala era.

—Es mi venganza.

Colin empujó la caja hacia abajo para verla a los ojos.

—¿Eso es lo que quieres hacer un sábado por la noche? ¿Reírte de mí?

Emma soltó una risita. Ya se estaba riendo, y no habían empezado. Dejó el juego sobre la mesita, junto con el tablero de ajedrez, después lo abrazó, pegó su barbilla al pecho de él, y ambos se miraron directamente.

—Quiero crear recuerdos contigo —le dijo.

—¿En los que me caigo y todo eso? —Colin le acarició la frente con su pulgar, acto seguido, se agachó para darle un beso en el mismo lugar. Emma se puso de puntitas en sus tenis blancos, y consiguió un beso en los labios. Esa noche estaba usando unos bike shorts color crema y una camiseta ancha azul pastel, tenía estampado el Nacimiento de Venus. Ay Dios. En verdad se había preparado para jugar Twister con él.

—¿Por qué estás tan seguro de que perderás?

—¿Es un chiste? —rompió la unión de las manos de ella detrás de su espalda, y caminó al mini pasillo que iba a su recámara. Emma rio otra vez, viéndolo meterse a al cuarto—. Ordené pizza cuando salí del campus. Si llega antes, hay efectivo en mi mochila.

—Bien, pero es mi turno de pagar —le avisó, agachándose para desajustar los cordones de sus tenis.

Y la pizza llegó exactamente cuando Colin seguía en la ducha.

Las Cenizas De Emma© #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora