Capitulo 3

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Salí acalorada de entre la gente, fui hacia la barra para pedir otra copa y refrescarme.

— ¡Cloé! ¡Por fin te encuentro! — me giré y ahí estaba Amanda con una chica.

— Ya decía que tardabas mucho, las bebidas no estaban tan lejos — bromeé.

— Te quiero presentar a Pia — se sonrojó un poco.

La muchacha se acercó y pude verla mejor, era de piel morena con pelo muy rizado y oscuro.

— ¡Hola! Te conozco por fin, Amanda me habló de ti y contó lo del cumpleaños, insistí en que vinierais a la fiesta — sonó muy simpática.

— ¿La fiesta es tuya? — pregunté.

— Es de un amigo, pero pude meteros en lista — se apartó y pasó su brazo por los hombros de mi amiga.

Se les ve bien juntas, ya me extrañaba ver poco a Amanda esta semana, se estarían conociendo.

— Ven te presento a su grupo de amigos — las seguí hacia una zona del jardín mas tranquila. — ¿No estas más baja Cloé?

La miré y saqué mi pie por debajo del vestido.

— Me dolían los pies — lastimé.

Llegamos a unos asientos cercanos a la piscina, estaban dos riendo y hablando.

— Hey, ya conocen a Amanda, les quiero presentar a su amiga Cloé — dijo Pia y todos miraron, me sentí algo vulnerable — él es Dante, no le hagas mucho caso a lo que diga, ya va borracho — levantó su mano sin más y siguió a lo suyo — ella es Helena — la pelinegra me sonrió.

— Siéntate aquí — me dijo ella — vamos a comenzar un juego, ¿verdad o reto?

— Está bien, me apunto — me puse a su lado, me dio buenas vibras.

El muchacho encendió un cigarro, me miró y ofreció otro, acepté. Aun que había poca luz se le veía un chico atractivo, pelo medio largo y rubio, parece el típico surfero con ojos verdosos, iba vestido de blanco y llevaba los primeros botones desabrochados.

Amanda y Pia se sentaron junto a Dante en el sofá de mimbre. Repartimos las bebidas, empezó Helena preguntando.

— Pia verdad o reto.

— Reto — dijo.

— Te reto a tirarte a la piscina ahora.

— ¿Ahora?

— Sí o bébete la copa completa de un sorbo — concluyó Helena, Pia no se lo pensó se terminó su bebida de golpe.

— Este traje cuesta un riñón como para meterlo ahí.

Reímos.

— Me toca — habló Dante. — Cloé, verdad o reto.

— Reto, venga va.

— Bien, debes ir allá y bailarle a ese chico con traje gris.— señaló el lugar donde estaba.

— Acepto, pero con una condición — se sorprendieron — me tomo un shot y voy.

Dante asintió y me miró atento, vigilaba cada uno de mis movimientos.

Tomé el chupito rápidamente, las chicas me animaron y vitorearon. Me fui acercando a la pista de baile sin dejar de observar al chico. Era alto, su pelo moreno estaba peinado hacia un lado, su perfil era definido tenía una nariz que diría que es perfecta, una mandíbula marcada y los labios se veían hinchados.

Pude abrirme paso entre la gente, se dio cuenta de mi presencia y sus oscuros ojos viajaron por todo mi cuerpo, un escalofrío me recorrió. Moví mis caderas de un lado a otro, me giré y noté sus manos en mi cintura.

— ¿ Y quien eres tú? — susurró al oído.

— ¿ Y tú? — me giré para encararlo.

Sonrió de medio lado y me pegó a el, me sorprendió este gesto y no pude evitar soltar un pequeño grito.

— Soy Alessandro, te he preguntado eso por que soy quien da la fiesta y no te conozco. — me ardieron las mejillas y la vergüenza se apoderó de mi.

— Eh soy una amiga de Amanda, amiga de Pia — dije nerviosa.

— ¿Amiga de Pia? Bienvenida entonces.

Continuó con su mirada fija en mi, puse las manos alrededor de su cuello y acarició mi cintura, seguimos moviendo nuestros cuerpos que cada vez se juntaban más. Hacía calor, su respiración se sentía acelerada, me giré de espaldas. Aless no se separó, apartó mi pelo hacia un lado y empezó a dejar besos por la clavícula y el cuello, me estremecí, pasó su lengua por mi lóbulo. El corazón me iba a mil.

No se que estoy haciendo. 

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