"Tiene tatuajes, piercings y acaba de aprender a hacer twerk, él no tiene ni corazón ni culo... él tiene confianza y estoy encantado con eso"
Lenguaje explicito
Narración y social media
Leer bajo tu propia responsabilidad.
no copias ni adaptacione...
Recomendación: Lean este capítulo con Outlaws of love.
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Recuerdos.
La noche había caído más pronto de lo que había pensado, un pequeño Jungkook de 14 años se paseaba de un lado a otro en su habitación tratando de encontrar la manera de escaparse sin que su padre se diera cuenta.
Sus amigos habían decidido organizar una pequeña fiesta de disfraces para él con el fin de celebrar su cumpleaños, el cual no pudo en su fecha porque su padre lo había encerrado por haberlo encontrado bailando en su habitación.
El día que debía ser el más feliz de su vida terminó convirtiéndose en el inicio del infierno que viviría de ese día en adelante, y no solo por el baile.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el golpeteo constante en su ventana. Dejándose llevar por la curiosidad a pasos rápidos se dirigió a esta y la abrió dejando ver a un castañito un año mayor que él agitando sus brazos de un lado a otro mientras le sonreía, haciendo sentir su pecho demasiado cálido.
—Niño bonito ya vine por ti.—Tenía las manos a cada lado de su boca tratando de hablar despacio para que no lo escucharan.
—No sé por dónde escapar Vante, no se que hacer.—Y era cierto, no había manera de salir sin ser notado.
—Baja por la ventana, yo te atrapare.—Seguía sonriendo como un pequeño niño.—Si caes será en mis brazos.—Los extendió hacía él.—Confía en mí, no soy muy fuerte, pero puedo serlo por ti, Kook.
—Tengo miedo.—Se sentía frustrado y mareado por la situación, le daban pánico las alturas, y, aunque no había mucha distancia entre él y el suelo, aún así no se sentía seguro.—¿Y si resbalo?¿Y si se dan cuenta? Y si-
—Mírame a mí mientras bajes.—Esas palabras quedaron grabadas en él mientras sentía como su corazón podría salirse en cualquier momento, no entendía que era ese sentimiento.—Mírame solo a mí, pequeño.
Al parecer esas palabras habían hecho efecto en un temeroso Jungkook que, con ayuda de el chico bajo su ventana, logró salir sin hacer ruido y sin fallar en el intento.
Cuando estuvo por completo fuera de ese infierno llamado hogar sintió como era tomaban de la mano para salir corriendo como dos niños pequeños que acababan de hacer una travesura y buscaban refugio en su madre.
Y eso eran, dos pequeños niños haciendo una travesura, con la única diferencia de que sus únicos refugios eran ellos mismos, esos que corrían por las calles mientras las primeras gotas de lluvia se estrellaban contra sus cuerpos llenos de alegría.
"Somos fugitivos de amor..."
No les tomó mucho tiempo llegar a la casa del castañito, en esta se encontraban muchos de sus amigos, todos se acercaron con sus disfraces para felicitarlo y llenarlo de mucha regalos. Al pasar los minutos todos se estaban divirtiendo jugando entre si, otros cantando, otros bailando sin ningún sentido.