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Entre en wasap y mire los quinientos mensajes que habían enviado a "Orxeta Kapital", nada importante, un par de fotos y letras sin sentido, lo normal. Salí del grupo y entré en el chat de Eric, tenía dos mensajes.

MINION

"Llámame Brina, es urgente"

"Dios mío, donde estás, te he llamado unas cuantas veces y no lo coges, estás bien? Me tienes preocupado, tú siempre estás con el móvil"

Marque su número y lo llame siendo consiente de que Adrik estaba a mi lado

-Estás bien?- preguntamos los dos a reír y nos echamos a reír

¿-Que te ha pasado?

-Estoy nervioso y encima mi padre no para de decirme que si me fuera con el podría ir a la universidad y... dios yo no quiero ir, me quiero quedar contigo y con los demás

¿-Estás ahí?

-Sí, al parecer, ahora todos los findes de semana va a venir para ver como está su hijo, aunque sus intenciones solo son intentar convencerme. I si a todo eso le añadimos que no tengo nada que ponerme ni nada queregalarte para tu cumple... dios mío tengo muchas cosas que hacer.

-Ya ves tú, no hace falta que me regales nada, ya me regalaste bastante con los libros y sobre no saber que ponerte, tú siempre vas guapo con todo, anda no te agobies-me sonroje al darme cuenta de lo que había dicho.

-Gracias-escondió una pequeña carcajada

No sé cómo, pero sabía que en estos momentos estaba sonriendo

-No sonrías así, tonto

-Como...

-Lo deduzco- me hice la interesante

-Mmmm-repitió mi gesto

-Y sobre lo de tu padre... pasa de él, al final se rendirá-le dije por compasión

-Ya lo sé, pero ahora es agotador. Te acuerdas de cuando te dije que quería un padre que me hiciera caso? Pues retiro lo dicho, si esto es tener un padre, reusó

-No, no es así, bueno, a veces, pero pocas

¿-Hay se me había olvidado, qué malo soy, como estas tú?

-Bien, con unos amigos de mis padres-dije aburrida

-Tampoco sera para tanto

-Bueno, ya te contare

-A qué hora vienes? Quiero verte antes de ir mañana al insti, estoy nervioso

-No lo sé, supongo que por la noche, aunque tampoco muy tarde porque mañana hay clases, si eso en llegar paso a verte, con suerte me quedo a dormir, aunque para eso tendría que ponerle una buena escusa a mis padres y por ahora no se me ocurre nada-Adrik me miro de reojo

- sí, no estaría mal-dijo en voz ronca mientras yo reía suavemente- oye, sabes que estoy aquí para lo que sea, aún me tienes preocupado por lo del otro día .

-Tranquilo, estoy bien

¿-Segura?

-Sí, esta noche te cuento lo que paso

-Porfin- dijo aliviado

-Pero no te hagas ilusiones, es algo que me cuesta mucho contar, de hecho solo lo sabe Lu y no sé si acabare echándome atrás.

-Oye, tranquila, no pasa nada, a tu ritmo, ya me lo contarás cuando te sientas segura de hacerlo, sin prisas, yo solo quiero saberlo para poder ayudarte, nunca te haría daño. Si tú prefieres no decírmelo no pasa nada, no moriré por no saberlo.

Yo reí con los ojos inundados y le di las gracias, justo cuando las luces se apagaban y un hombre moreno y alto de una edad considerable salía al escenario.

Llevaba 30 minutos viendo la opera y ya me había aburrido, dios mío,¿ como algo podía ser tan aburrido? Me levanté del asiento y me dirigí a mi madre.

-Voy a tomar el aire, me duele la cabeza

Salí de la sala y me acerqué al mostrador de la entrada

-Hola- saludé

¿-En que la puedo ayudar?

-Quería saber si por casualidad no hay alguna sala de baile por aquí

¿-Por supuesto, pero me temo comunicarte que solo es para clientes y socios, tiene usted la tarjeta?

Negué y me di la vuelta, lo necesitaba, necesitaba desestresarme, bailar hasta cansarme pero no podría hacerlo.

Me senté en un muro y esperé.

Pasaron 10 minutos y una silueta me tapo el sol.

¿-Estás bien?

¿-Sí, por?

-Has dicho que te dolía la cabeza y llevas media hora aquí fuera

-Ah-respondí- no me había dado cuenta

-No pasa nada, ellos no se han dado cuenta

Eso me causo un leve dolor en el corazón y el pareció notarlo debido a la mueca que apareció en mi rostro.

-No quería...

-No pasa nada, que no te dé pena, ya estoy acostumbrada

-La chica del mostrador me ha dicho que querías entrar en una sala

- Pero...

-Le he preguntado donde estabas y me lo ha contado

-Ya veo

-Tengo la tarjeta, por si la quieres-dudo

-Ya, bueno...-no sabía que hacer, hacía unos minutos lo odiaba y el seguía intentando ser mi amigo, talvez lo había juzgado demasiado rápido

-La verdad es que si me gustaría

Saco de su bolsillo la tarjeta y me la entrego

-Ve a la sala, está al fondo del pasillo, tras la puerta de oro con una flor, yo volveré, seguiré viendo la obra, tampoco está tan mal-dudo y los dos nos echamos a reír

-Gracias-se lo agradecí- si me necesitas ya sabes donde estoy- me levante, le di un beso en la mejilla en señal de agradecimiento y me dirigí a la puerta con el pisándome los talones.

  ...


La sala era brillante, dios mío era preciosa, una de esas que aparece en tus sueños más bonitos.

Avance hacia la barra de ballet y la acaricie, pase mis dedos por encima y la acaricie con movimientos suaves de una punta a la otra.

Dirigí mi mirada al espejo y me vi, iba preciosa con ese vestido.

Cogí mi teléfono, conecte los cascos que me había llevado por si me aburría y deje el móvil en el suelo.

Me puse en el centro de la sala, pulse el botón y comencé a bailar, sentí como volaba, como era libre por fin.

-Hola-saludo una mujer que entraba por la puerta

Mi último cambio (1# bilogia Último)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora