Ella, una chica que se muda a Corea del Sur luego de ser expulsada en su escuela, adinerada, y mestiza, la azabache no se metía en problemas por gustó, solo cuando era necesario y necesitaba defenderse, pero jamás creyó que al entrar en Shinhwa le s...
El maestro hablaba y hablaba, estaban en clase de ciencias, el tema era la fotosíntesis, la azabache veía su teléfono disimuladamente, no le interesaba ese tema, ya lo había estudiado y lo sabía de memoria, Jan Di intentaba poner atención, pero el sueño no se lo permitía.
Empezaron a pasarse una hoja de papel, cuando el chico que estaba sentado delante de ella tenía la hoja, ella aprovecho para leer.
Sean cordialmente invitados a la "fiesta de tomates" para Geum Jan Di.
Malditos infelices
El maestro dio por terminada la clase, Kim guardo sus cosas.
—Jan Di, Jan Di —la llamo Min Ji meciéndola— oye, tengo una cita así que ya me voy ¿de acuerdo? —Jan Di asintió y se despidió de ella
—Hey, Min Ji —la llamo ahora la azabache
—Chan Mi ¿necesitas algo? —preguntó con una sonrisa
—Si, quería aclararte algo —sonrió y puso sus manos en sus brazos— ni con todas las cirugías existentes en el mundo lograrás hacer que Jun Pyo te mire como mira a Jan Di —a medida que hablaba apretaba su agarre. A la contraria le cambió la expresión en un dos por tres— ¿Qué pasa, cariño? ¿Quieres llorar? ¿Te duele que te digan la verdad? —sonrió maliciosa y la soltó— ve, corre, no puedes llegar tarde a tu "cita"
Min Ji la miró con odio y ganas de llorar, se dio vuelta y se fue. Cuando Kim se volteo Jan Di ya no estaba.
Ay no, ay no, ay no
Agarro su mochila y la puso en sus hombros para empezar a buscarla, no la encontraba por ningún lado.
¿Y si fue por su bicicleta? Claro, eso es.
Corrió a la entrada cuando sintió un fuerte golpe en la cabeza que la tiro al piso, un grupo de chicas la rodearon. Unas arañaron su rostro y cuello, las otras cortaron sus piernas con —lo más seguro— una navaja, rasgaron su uniforme y la despeinaron, sintió otro golpe en la cabeza que le hizo perder el conocimiento.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Despertó confundida, con dolor en todo el cuerpo, atada de las manos.
Como pudo miró a su alrededor, no había nada, sólo oscuridad, sin embargo, la ranura de la puerta le daba una muy pequeña iluminación.
Con dificultad se sentó, miro la causante de su inexplicable dolor, su pierna sangraba y debajo de esta pudo notar un pequeño charco de sangre.
—Grandioso
Busco con la mirada algo para desatarse, no sabia lo que era ese objeto, pero era puntiagudo y eso era lo importante, se arrastró hasta el y se puso de espaldas, empezó a mover sus muñecas sobre el objeto para romper la cinta cuanto antes.
Un largo tiempo después —donde su pierna perdió cada vez más sangre— logro desatarse, sobó sus muñecas y luego quitó su corbata, con ayuda del mismo objeto puntiagudo rasgó una parte de esta y con fuerza la ató en su pierna, de manera que la apretara bastante. Recogió sus útiles que estaban regados por la diminuta habitación, despego la cinta de su boca y miró nuevamente alrededor, la cinta con la que la habían atado estaba ahí.
