Ella, una chica que se muda a Corea del Sur luego de ser expulsada en su escuela, adinerada, y mestiza, la azabache no se metía en problemas por gustó, solo cuando era necesario y necesitaba defenderse, pero jamás creyó que al entrar en Shinhwa le s...
Las luces iluminaban aquel lugar, el cual contenía sonidos de llanto por parte de un bebé. El abuelo de Ji Hoo revisaba a la criatura mientras ella sostenía a otra niña más grande de los hombros.
—Todo esta bien —río ligeramente el doctor— su respiración esta bien, él tiene un poco de fiebre pero no hay de que preocuparse
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—Hasta luego, vayan con cuidado —se despidió de los pacientes agitando su mano, cerro la puerta y preparó algo de té
—¿Puedo entrar, señor? —preguntó
Unos sonidos extraños se escucharon dentro de la oficina, abrió la puerta encontrando al anciano casi que en el piso. Dejo la bandeja con té en la mesa y lo auxilio:—Señor
—Hija, me siento bien, conozco mi enfermedad. No tienes porque preocuparte
—Sus pastillas... Aquí están —lo ignoró. Tomo el frasco y sirvió té en un vaso entregándoselo. Observo como lo bebió con rapidez a la vez que se tragaba la pastilla— por mucho que conozca su enfermedad no significa que eso lo haga sentir bien. Usted simplemente no esta bien —recalco el "no"— ahh, no puedo dejarlo en ese estado, me preocupa...
—¿No me digas que me llevaras a un acilo de ancianos? —su mueca demostró terror
—No, iba a llevarlo a mi casa, pero... Creo que tuve una mejor idea
—¿En serio? ¿Cual?
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—¡Ji Hoo! —gritó entrando a la casa del mencionado con unas maletas
—¿Por qué vienes a mi casa sin avisar
—Porque tú también los has hecho —dejo las maletas en el piso
—¿Qué es todo eso?
—¿Tienes una habitación extra? —Ji Hoo señaló un lugar— perfecto. ¡Ya puede entrar!
Nada paso.
—Aish, dame un momento —salió con prisa de la casa y a los segundos volvió con el anciano
