Capitulo I

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Narra Argentina:

Estaba yendo a comprar unas cosas al mini mercado que me quedaba a cuatro cuadras de la casa, y no me había sentido tan observado desde que se me acusaba de tener una relación secreta con el nazi.

Me sentía incómodo ya que cada paso que daba sentía que otro par de ojos se posaba en mi persona, sacudí la cabeza y me puse la capucha tratando de esquivar las miradas de personas que siquiera estaban ahí. Que jodidos que son hermano, no pueden dejar a uno ir a comprar yerba y comida en paz la puta que los re mil parió.

Suspiré con pesadez y me dedique a pensar en lo que iba a hacer más tarde, tal vez ir con los pibes a comer algo o a jugar un fulbito en la cancha del fondo cerca de la residencia de Reino Unido.
O tal vez me vaya a ver a Uruguay y Paraguay para tomar unos tereré... Ah sip, hoy será un día muy activo para ti querido Argentina...

Cuando llegué a mi destino, me quite la capucha y entré algo apurado, me sentí aliviado al no sentir otra mirada más sobre mi. Sonreí y me fui a comprar las cosas que necesitaba...

Yerba: listo, galletitas: listo, azúcar: listo, jugo de naranja: listo, soda y latas de cerveza: listo... bueno, creo que no me falta nada más igual, pasado mañana me voy a un lugar más grande o vuelvo si es que me falta algo en casa. Pero volviendo al presente, me fui directo a la caja y pagué las cosas, agarré la bolsa y me puse la capucha de nuevo para salir más tranquilo del lugar.
Al estar afuera del mercadito me sentí acechado por alguien o algo... debe ser un animal o algo asi que anda por la calle suelto, mire a ambos lados, derecha e izquierda repetidas veces por el rabillo de mis ojos sin notar a nadie cerca, los nervios me estaban matando de apoco la paciencia así que apuré el paso para llegar a casa.

Hermano te juro que siento que en cualquier momento de lo que voy calle arriba me va a venir uno a pedirme la hora la concha de mi madre.

Los nervios subían todavía más haciéndome correr lo más rápido posible pero yo sin fijarme los cordones me piso uno de ellos y me caigo para el piso...

O eso imaginé.

Mantenía los ojos cerrados esperando el impacto de mi bellisimo rostro contra el concreto agrietado que tenía ciertas elevaciones en forma de pico, pero cuando ya había pasado más tiempo de la cuenta abrí los ojos notando que estaba a pocos centímetros del concreto, mi respiración empezó a agitarse y rápidamente me reincorporé en el lugar.

Giré al toque apenas escuché su voz a mis espaldas.

— Oi Argentina—.







Narrador:

Un chico de piel oscura y cabello oscuro con rastas estaba justo a las espaldas del argentino, quien estaba perdido y agitado.
El de ojos naranjas saludó al argentino levantando su mano mientras le dedicaba una cálida sonrisa.

El rubio suspiró aliviado y apoyó contra el cuerpo del contrario. Estaba sin fuerzas por el susto que se llevó hace unos pocos minutos.

¡No Otra Historia de ArgxTodos! || (Yaoi Ships +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora