Capítulo 2

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Di un fuerte suspiró cuando por fin me senté en el asiento del avión.

Había sido una mañana caótica desde que salí a hurtadillas de casa de James, la cabeza me daba vueltas. Me venían pequeños flashes de la noche, besos húmedos, caricias, James encima de mí, susurrándome al odio lo sexy que era...

Solo había una cosa peor que despertarse con resaca.

Acostarse con un ex.

La despedida con mis padres había sido emotiva, incluso con Joe. Prometimos hacer videollamadas cada semana y escribir por el grupo de la familia. Rachel también vino a despedirse con una cara horrible.

Amiga de reseca, choca.

Debo reconocer que me aguanté las lágrimas.

Nunca se llora en público Jane Rogers.

Y tampoco iba a la guerra precisamente. Les echaría de menos, pero existen los móviles, y pronto les volvería a ver a todos.

No le conté en ese momento a Rachel lo sucedido, creo que delante de mis padres lloriqueando no era un buen momento. Más tarde cuando me acomodara en la residencia la llamaría para contarle mis dramas.

El avión aterrizó y yo cerré los ojos mientras me ponía música en el móvil, sonaba algo de Avicii que me hizo acordarme de Rach y yo bailando la noche anterior y no pude evitar sonreír. Poco me duró ese pensamiento porque me dormí las siguientes 5 horas de viaje.

Cuando llegue a la oficina de registro del campus me tope con una cola infinita de estudiantes que llegaban ese día. Perfecto, una larga cola de espera es lo mejor para una resaca monumental, Jane.

Decidí pasar el tiempo revisando los mensajes que tenía sin ver en el móvil. Por una extraña razón me daba miedo leerlos.

¿Por una extraña razón, Jane? ¿O quizás crees que puedes tener un mensaje que no te apetece leer?

Conciencia, ssssh.

Abrí el primer mensaje que tenía que era de mi madre preguntándome sí había llegado bien, la conteste rápido para que no me acribillara a llamadas.

El siguiente era de Rachel diciéndome que se había tirado todo el día en la cama comiendo patatas y viendo Gossip Girl. Te envidio Rach.

Y ahí estaba, tenía varios mensajes de James y tres llamadas perdidas. ¿Y esa insistencia?

Abrí la conversación.

James: Jane, ¿por qué te has ido sin despedirte? Fue una noche increíble 😉.

¿Increíble?

James: A ver... no quiero que pienses nada raro, solo me gusto recordar viejos tiempos.

James: Estoy debajo de tu ventana, ¿bajas y hablamos?

De este último mensaje había pasado 10 minutos.

Mierda, seguramente anoche se me pasó comentarle que hoy me iba a la otra punta del país a estudiar. Que despistada, Jane...

Le contesté con un mensaje rápido y conciso. Pero poco aclarativo.

Yo: No estoy en casa James, sorry.

Al segundo.

James: Oh vaya, la desaparecida... ¿Dónde estás? Voy a buscarte.

Yo: Aproximadamente a 5 horas en avión. ¿Te apetece una hamburguesa? 😉

¡PUM!

Tiré la bomba y me guardé el móvil en el bolsillo mientras sonreía.

Bajo la lluvia [En proceso...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora